LA TENDENCIA POR LA AUTONOMÍA OBRERA DOCUMENTO BASE PARA LA DISCUSIÓN EN LA ASAMBLEA 1.- Sobre la situación actual La salida a la actual crisis de dominación política de la burguesía sobre la clase obrera pasa necesariamente, para ellos, por un pacto político entre capital y reformismo (PCE, PSOE, PTE, etc.). Las consecuencias de este acuerdo serán nuevas formas de control e integración: partidos políticos reformistas y sindicatos, cada uno por su lado, se encargarán de dirigir y encuadrar a la clase trabajadora, que una vez más quedará al margen de toda decisión y participación. 2.- Sobre la Autonomía Obrera La alternativa política de la Autonomía Obrera para nosotros en estos momentos consiste en: a/ Una práctica de clase que se caracteriza por: - formas de autoorganización en función de sus necesidades (Asambleas como órgano de discusión, decisión y ejecución, delegados elegidos y revocables como portavoces de ellas; piquetes de extensión, comités de apoyo, etc). - Democracia obrera en cuanto los trabajadores deciden y realizan directamente su forma de intervención, a diferencia de la democracia burguesa en la que los trabajadores delegan sus decisiones (cuando les dejan tomarlas) en unos supuestos "representantes". Esta práctica de clase se ha manifestado históricamente en todos los momentos en los que la clase trabajadora ha sido la verdadera protagonista. La Comuna de París, los soviets en Rusia y más recientemente los consejos obreros en Polonia, las iniciales Comisiones en Asturias, la "Asamblea de Fábricas en Lucha" de Vitoria y la Asamblea de Delegados en la lucha de la construcción de Barcelona, son ejemplos de ello. b/ Una línea política de clase, que en estos momentos se concreta en: - lucha contra todo tipo de pacto. - creación de formas de poder obrero y de democracia directa. - negación del sindicato, como alternativa organizativa, por ser órgano de control sobre la clase obrera. 3.- Sobre la TENDENCIA POR LA AUTONOMÍA OBRERA Esta tendencia se plantea como una organización de militantes que, a consecuencia del análisis anterior, surge para potenciar las formas de autoorganización obrera que se están dando, y a la vez, para hacer frente al reformismo. a/ Organización interna de la Tendencias: La organización se basaría en la asamblea como órgano máximo de decisión política a la que todos los militantes quedan vinculados. Los distintos grupos, zonas o ramos, como organismos básicos de trabajo e intervención. La reunión de delegados, como órgano de coordinación. b/ Función de la Tendencia, hoy. - Impulsar en todo momento las formas de autoorganización. - Potenciación y coordinación de grupos autónomos en fábricas, barrios, escuelas, etc. que defiendan la Autonomía Obrera, como alternativa política. - Intervención directa o indirecta en todas las luchas que se den, mediante apoyo, propaganda, etc. - Avanzar en la coordinación de todas las realidades autónomas del Estado. PROPUESTA DE ALTERNATIVA 1.- Apoyar la creación de un movimiento proletaria, que respondiera a las necesidades de clase (opuesto a movimientos democráticos, interclasistas o "partidistas"). Habría que redefinir el concepto de proletariado. Buscando la base social real sobre la que prácticamente se apoyaría este movimiento. Se apuntaron dos líneas da definición: a) A partir del lugar que ocupa en la producción. Se llegaría a que el proletariado es el asalariado amplio a nivel mundial, b) Definición de proletariado como negación absoluto de le sociedad. El proletariado sería igual conjunto de núcleos, capas, grupos que son negación y ruptura de la sociedad existente. c) Debería buscarse una definición operativa: ¿sobre qué base sería dicho movimiento? Tres líneas de actuación: 1) Apoyar núcleos más radicales que presentan una ruptura al capital (no su perpetuación en nuevas formas de dominación más integradas). Crítica radical al sindicalismo, a todo poder. 2) Participar en las luchas reformistas con vistas a ir realizando prácticamente en la medida posible esta ruptura con el capital. 3) Trabajar a nivel global para dar a conocer y popularizar la "manera de ver" revolucionaria. A.- Partiendo de un análisis radical de nuestra sociedad capitalista hoy, definir unas pautas mínimas que incidan desde ahora como alternativa. Puntas que puedan ser anunciador ya de una nueva sociedad (comunista). La mercancía, el poder, la propiedad privada, el trabajo asalariado, el productivismo, el consumo, el sindicalismo, los medios de comunicación, la escuela, la política, todo esto concretado hasta los mínimos niveles de nuestra vida. B.- A partir de aquí hacer el esfuerzo de descubrir unas actuaciones prácticas de grupo que por sí mismas hagan la crítica radical y sean una propuesta no sólo a nivel propagandístico, sino práctico. Aunque de entrada habría que aceptar estas intervenciones a nivel minoritario, habrían de tener la intención de incidir en el nivel masivo. C.- Según cuales fueran las intervenciones a realizar exigirían un tipo de organización u otro. La organización así sería incluso cambiante según el carácter de la actuación, del nivel en que se incide, del lugar en que se intervenga (la fábrica, el barrio, etc.). No habría el interés de centralizar, sino de desenvolver un movimiento; sí, había que asegurar la interrelación de influencia tanto a nivel de análisis (más teórico) como a nivel de experiencia (práctica). Posibilitar incluso el apoyo en las acciones cuando éstas lo exijan. 2.- Líneas que podrían tenerse en cuenta para que las realidades que se van a dar prácticamente en las luchas (asambleas...) no queden englobadas en la perspectiva reformista pactista sino que recuperen todo su contenido revolucionario. En la tensión asamblea - jerarquización apoyar asamblea y darle su significado: desde el protagonismo de la clase hasta ir criticando todo espacio directivo separado: empresa (control, autogestión) barrio (el barrio es de quien lo habita) hasta ir llegando en la medida de lo posible a poner en crisis los grandes centros de poder: partidos, sindicatos Estado... Realizar una postura abierta, no cerrada y completa. La ideología es la explicación de una sociedad acabada. Implica represión e inmovilismo, implica no creación, no espontaneidad. Apoyar las relaciones no alienadas: . espontaneidad protagonismo. Romper el papel que a cada uno le toca jugar. Crítica a la misma izquierda que las actuaciones de la clase a de la burguesía les hemos ido interpretando desde un esquema previo. . Solidaridad: no la solidaridad vacía de contenido (cajas de resistencias) sin la solidaridad de afirmarse como clase. No aceptar mitos o programas políticos. Bajar la atención a las realidades sobre las que ahora y nosotros podemos actuar. Ninguna clase de demagógica crítica al mundo político. Ir desenmascarando la cultura burguesa-reformista a base de otra cultura típica de clase. En las luchas reales apoyar todo lo que sea constituirse en grupo social solidario que se apropia por la lucha un espacio hasta ahora no propio de él. No aceptar limitarse a dar unas ideas "objetivamente" buenas o necesarias según el análisis de unos cuantos (partidos, sindicatos...) Esta 2º línea de actuación debería ser: - Asambleísta (máximo participación, superar la clandestinidad). - Pedagógico, potenciar pequeños grupos de discusión a partir de lo raso. Con esta 2ª línea no presentamos una alternativa institucional (al estilo UGT, CNT, CCOO) sino más bien un proceso de desvelar la conciencia. Sería pues prácticamente una crítica al comunismo como (conciencia desde fuera). Valorarlo. 3.- Esta línea de trabajo a nivel más global tendría como principal objetivo el evitar ser colores o contra-corriente. Es decir, participamos en alguna lucha, intentarnos este contenido radical mientras que todo (abramos el periódico, cualquier revista...) defiende y populariza la postura reformista y pactista. Sería ir creando una manera de analizar y comentar el momento actual desde esta perspectiva. Perspectiva que sería puente de unión entre varias luchas aisladas. Nueva cultura revolucionaria enraizada en las necesidades de clase, en las necesidades del pacto por la libertad o de la negociación o de Democracia. Habría que analizar qué posibilidades reales tenemos. La tendencia la definiríamos como un grupo de militantes que impulsan estas líneas. Es a partir de estas líneas u otras a las que se vaya llegando que podemos plantearnos la cuestión organizativa. LAS COMISIONES AUTÓNOMAS: UNA ALTERNATIVA DE CLASE REVOLUCIONARIA. INTRODUCCIÓN: SITUACIÓN POLÍTICA ACTUAL El momento político actual, corresponde fundamentalmente a la necesidad de la burguesía en su conjunto de un cambio de formas dictatoriales a un autoritarismo "permisivo" más estable. Esta necesidad de cambio de formas políticas responde a la urgencia de salir de la crisis económica a la que la misma burguesía ha llevado a toda la sociedad a costa de la sobreexplotación de los trabajadores (paro, aumentos de precios, topes salariales. CARÁCTER DE LA DEMOCRACIA La democracia, como fórmula política en la que toda la población participe igualitariamente en los asuntos colectivos, sólo podemos entenderla como algo real y posible en una situación en la que la explotación de unas clases sobre otras haya desaparecido totalmente. En cualquier otra situación, de lucha de clases, la democracia será siempre algo relativo: será la democracia para una clase (o parte de ella) y la dictadura para los demás. Hoy por hoy la democracia sí tiene apellido: el de la clase social que la utiliza como forma de poder y de dominación ideológica. Una formulación tan simple, se convierte hoy en algo de constante necesidad de clarificación. Necesidad fruto de la confusión creada por la propaganda reformista y pequeño-burguesa que están presentando ante las masas una idea de democracia burguesa como objetivo final de toda lucha. Confusión que no hace más que desmovilizar y despolitizar a las masas al presentarle un programa político abstracto y desligado de sus necesidades reales. Es necesario en este punto que efectuemos una definición a nivel estratégico: Rechazamos la lucha por la consolidación de una etapa democratico-burguesa como camino necesario hacia el socialismo. A nivel táctico unas consideraciones. Hemos de valorar que el objetivo que persigue la burguesía con la "democratización" (instrumentalizar y estabilizar ante circunstancias globales su poder político), necesita de unas reglas de juego para que el proyecto pueda funcionar. Las libertades políticas son ese marco. Para la burguesía este marco debe ser lo suficientemente amplio como para garantizar la función del Estado, y lo suficientemente estrecha como para que no haga peligrar su poder, a través de riesgos innecesarios. Para la clase obrera este marco de las libertades formales cumple dos objetivos contradictorios. Por un lado son un instrumento de acción y organización de la clase que debe ser aprovechado convenientemente, pero por otro es a la vez un freno que trata de impedir que la clase desarrolle toda su fuerza si se limita a aceptar estas reglas de juego que se le conceden. La contradicción debe ser solucionada no por simple negación de uno de los polos, sino por su solución dialéctica. La lucha por las libertades burguesas, limitadas, estrictas y reguladas, debemos convertirla en la lucha por una libertad que no se limite al marco legal establecido, que no es abstracta sino concreta, real y ligada permanente-mente a la conquista de las necesidades de la clase. Así, no se lucha por una forma de participar en las decisiones, sino por tomar las decisiones; no se lucha por una determinada forma da organización (partidos o sindicatos), sino por organizarnos como creamos conveniente para decidir y para defender lo decidido. No luchamos, en fin, para que nos organicen la libertad sino para ejercerla. La lucha por la libertad y la democracia se convierte así en algo permanente que se enfrenta al propio sistema capitalista (no sólo a una de sus formas de gobierno). PACTO INTERCLASISTA En la medida en que la burguesía busca fundamentalmente el salirse de la crisis económica a través de una "permisividad" más estable, y que por tanto no está interesada en una democratización a fondo (ni siguiera de signo burgués), la alternativa de ruptura democrática basada en el pacto del reformismo obrero con la burguesía, es escasamente viable. Sólo un peligro puede dificultar esta evolución de la burguesía hacia formas más abiertas: La lucha de las masas por sus necesidades reales (agudizada por la crisis económica) planteado paralelamente a la lucha por la democracia. Sólo si este reformismo obrero controlara, dominara y frenara esta mezcla explosiva (se encarga ya constantemente de impedir que se produzca, separando lucha sindical -Motor Ibérica- de lucha política -manifestaciones pro-amnistía política-), podría la burguesía plantearse la necesidad de un pacto. La lucha por el ensanchamiento de los cauces del poder burgués no se conseguirá a través de la paz social, sino a través de la radicalización de la lucha de masas que obliguen a la burguesía a ampliar el marco político integrador. ORGANIZACIÓN OBRERA Se enfrentan hoy en el movimiento obrero una opción de auto-organización, contra la vinculación burocrática de todo el movimiento de masas. Ello exige un combate fuerte y hoy por hoy en desventaja. Las formas organizativas concretas y su aplicación no bastan por sí solas para entender y valorar la realidad y el avance de la auto-organización de las masas. La auto-organización de los trabajadores no puede reducirse nunca a fórmulas mecánicas que puedan aplicarse de forma rígida; ni la asamblea ni la comisión representativa son, por sí mismas formas de auto-organización sino es en relación a la combatividad y a la conciencia de los trabajadores que las utilizan. La flexibilidad no dogmática en las formas organizativas que permitan acercarse a la realidad de cada sitio y de cada situación es un primer criterio básico a clarificar en nuestra práctica. Así, no podemos hablar ni de comisiones pro-organización de clase, ni de comisiones no reformistas, ni de comisiones unitarias, sino de comisiones como expresión organizada y activa de los niveles máximos de conciencia alcanzada por la lucha de masas. Si ello se traduce en la práctica, a veces en cierto grado de sectarismo (comisión autónoma-comisión obrera), ello no implica la necesidad de institucionalizar este necesario sectarismo como fórmula política, sino como una necesidad real de funcionamiento clara y demostrable, transitoria en la medida de lo posible. Para la defensa de la auto-organización no podemos caer en burocratizar a base de dogmatismo sectario, esto que estamos llamando auto-organización. Ni suponer de forma idealista que las condiciones para que se implanten masivamente las formas de auto-organización están dadas en el movimiento obrero. La construcción de la democracia directa, a niveles concretos (empresa, ramo, zonas, etc.) se mueve hoy en la contradicción siguiente: - Por un lado organización masiva de trabajadores con el nivel real de conciencia de la clase - Por otro lado organización minoritaria que recoge los niveles más altos de conciencia revelados por la lucha Esta contradicción, por ejemplo, se manifiesta en la empresa entre asamblea de trabajadores-comisión de trabajadores. Esta contradicción debe ser tratada impulsando los dos extremos, potenciando 1º) 1º Formas de organización de democracia directa (asamblea, comisiones representativas escogidas en ella, etc...) 2º Organizaciones de base (comisiones autónomas de trabajadores), autónomas con respecto a la disciplina de cualquier organización política sindical, o de cualquier coordinación; como expresión de la auto-organización en la empresa (o barrio) vinculada a su realidad de conciencia y lucha, unitarias como principio y unitarias en la práctica en la medida que la defensa de lo anterior lo permita. 3º Coordinación de Comisiones reales, en la medida que estas vayan existiendo. Con métodos de trabajo de abajo a arriba, respetando al máximo la autonomía de las comisiones (acuerdos no vinculantes más que si son por unanimidad, respeto a la dinámica, nivel de conciencia y combatividad en cada empresa, etc.). La existencia de sindicatos, nos plantea hoy la necesidad de una postura clara ante ellos. La valoración de tres elementos de los sindicatos nos permitirán la toma de postura respecta a ellos. 4º Coordinación de militantes, que respetando dicha autonomía impulsen la generalización de la alternativa, defienda e impulse las formas de auto-organización y potencie la creación de comisiones y su funcionamiento. Asimismo que creen y potencien las coordinaciones reales entre comisiones. LAS LUCHAS QUE CANALIZAN LOS SINDICATOS Difícilmente un sindicato puede salirse del marco da la lucha por las reivindicaciones inmediatas que logren contrarrestar o disminuir el nivel de explotación en el seno de la empresa. Difícilmente puede un sindicato abordar los problemas más globales, y por tanto poner en cuestión el sistema social existente. El decir todo esto no significa en absoluto el desprecio por la lucha por objetivos inmediatos. Sólo se recalca la forma como el sindicato puede enfocarla. Está clarísimo que este tipo de lucha va a seguir siendo el punto de partida para lograr que se alcancen niveles de conciencia y organización más altos, pero es preciso afirmar que no creemos que el sindicato sea el único canal posible para este tipo de luchas, ni tampoco el más correcto. La dinámica de lucha de un sindicato lleva consigo el reconocimiento del Pacto Social como única meta alcanzable. Menos en un momento revolucionario, la clase deberá ir pactando en función de la correlación de fuerzas alcanzada en cada momento, pero esto no quiere decir que deba reconocerse el Pacto como único objetivo alcanzable. LA CAPACIDAD DE ORGANIZAR A LA CLASE DE UN SINDICATO Es necesario diferenciar claramente entre afiliar y organizar. El que un gran número de obreros "se apunte" a un sindicato, no supone ningún aumento de su conciencia organizativa, sino el asegurarse mediante el pago de una cuota y el realizar alguna acción "cuando se le diga", que va a estar protegido frente a la patronal. Y esto es algo muy distinto a organizarse, a agruparse para discutir y colectivizar la forma de intervenir activamente en un cambio social. Un sindicato a los únicos que organiza realmente es a los cuadros que después dirigirán a las masas afiliadas y no organizadas, de una forma burocrática (decisiones tomadas en la cumbre de la estructura sindical, con alianzas con otras fuerzas sindicales mediante acuerdos de las direcciones etc..) Este aspecto es determinante en cuanto perpetúa la pasividad y el alejamiento de la toma de decisiones características de le ideología burguesa. En la medida en que un sindicato se convirtiera en la organización de los que luchan por la auto-organización de la clase mediante unos métodos de trabajo democráticos y representativos, nunca burocráticos, (¿se llamarían entonces, Sindicato?), podría ser interesante plantearse el trabajo en su seno. (Ver Cnt). PAPEL AGLUTINANTE Y COORDINADOR DE LOS DIFERENTES SECTORES DE LA PRODUCCIÓN QUE CUMPLE UN SINDICATO Este aspecto, quizás el positivo de un sindicato, dado el nivel de dispersión y desorganización actual podría ser el único aprovechable no de la participación en un sindicato, sino de su utilización. GRUPO DE MILITANTES La coordinación de militantes responde como se dice mas arriba a la necesidad de resolver la contradicción planteada entre: a) organización masiva y con el nivel de conciencia real de la clase y b) organización minoritaria que conserva e impulsa los niveles de conciencia más elevados alcanzados por la clase, apoyando los dos polos de la contradicción con elementos organizativos apropiados. A) Por un lado debemos garantizar la democracia directa y el impulso a la masividad con: 1- formas de democracia directa, asambleas, comisiones representativas. Esta forma de auto-organización no puede darse de forma estable más que en momentos de lucha concretos, o en etapas de conciencia prerevolucionaria. Lo que hace necesario hoy por hoy combinar esta organización inestable con la estabilidad que representa la comisión, que recoge precisamente la conciencia y los militantes salidos de los momentos álgidos de la lucha, la interrelación de estas dos formas que a la vez se complementan y se contradicen, es hoy imprescindible. 2- organizaciones de empresa autónomas (CAT) autónomas con respecto a cualquier línea política definida previamente y capaces de recoger y potenciar la conciencia de los trabajadores de la empresa. Autónomas con respecto a organizaciones obreras, partidos o coordinaciones que prefiguren su forma y actuación. coordinadas a partir de su existencia real y de la necesidad de ampliar su marco de lucha. políticas como expresión de que su lucha se enfrenta directamente al capital y a sus estructuras políticas e ideológicas. Lucha contra el sistema a través de formas de autoorganización de las masas y de democracia directa. estables de modo que las experiencias puedan quedar recogidas y valoradas, e-levando a través de ellas el nivel de lucha y la formación de los militantes. democráticas en cuanto que la discusión interna y la participación de todos los componentes debe ser el motor que dirija su actuación. clandestinas como defensa de la represión empresarial y policial y como garantía de que su acción no quedara limitada por las formas concretas de la legalidad burguesa. Este carácter de clandestinas es relativo, por supuesto, en función de la situación política general. unitarias como expresión de la necesaria unidad dentro de la clase y de la representación de sus distintas ideologías. Unidad que no debe entenderse de forma mecánica e idealista sino dentro de una dinámica que haga posible el funcionamiento y la lucha. 3- coordinación de comisiones reales que respete la autonomía de cada comisión. Proceso de abajo arriba, no vinculantes más que por unanimidad. (Respeto a la dinámica, nivel de conciencia y combatividad en cada empresa). B- Por otro lado debe garantizarse el impulso de la conciencia más avanzada con: - grupo de militantes coordinados que impulsan la auto-organización de la clase y sus objetivos, formas de trabajo y lucha más avanzados. Su concepción se basa en: coordinación de militantes (es indiferente si están organizados en partidos o no) como nivel organizativo transitorio que sirva de instrumento de incidencia organizada dentro del M.O. de una tendencia claramente diferenciada: autoorganización y autonomía de clase. La participación en él excluye, por tanto a los que no estén de acuerdo con sus planteamientos mínimos, e implica un nivel de militancia concreto. Este grupo de militantes, defiende unos criterios, pero no organiza a la clase en torno a ellos, sino en torno a la realidad de lucha de cada empresa. Su funcionamiento implica por un lado un nivel de análisis constante dirigido fundamentalmente a valorar lo necesario para el impulso de la auto-organización en el ramo. Por otro lado, una incidencia directa mediante escritos, intervenciones, acciones etc. en el ramo, en la medida que el análisis lo crea necesario. La coordinación con otros grupos de su misma estructura o finalidad existentes en otras zonas o ramos sólo tiene sentido para lograr la mejor consecución de sus objetivos en el ramo (información, generalización, etc.). Este nivel organizativo deja de tener sentido que exista en la medida que el proceso impulsado genera suficientes elementos organizativos (comisiones, coordinación de las mismas) que hagan innecesario el impulso y la garantía de la auto-organización de una clase en el ramo.