Pero demás esta organización de la clase, no sólo debe ser una organización de lucha contra el capital, sino el edificio sobre el cual debe levantarse la organización económica, social y política de la nueva sociedad socialista. Y esto además quiere decir que sólo si el proletariado es sujeto en su lucha contra el capital, va a ser sujeto en la construcción del socialismo. Porque si es sustituido en su lucha por el partido, seguro que también ha de ser sustituido por el partido en la construcción y gestión de la nueva sociedad. Este es el camino hacia la autonomía obrera. Pero hoy ya la autonomía obrera está en marcha. Así, hoy la Autonomía obrera es el movimiento real en que la clase trabajadora adquiere, aunque sea momentáneamente, conciencia de ser sujeto del proceso revolucionario". Este movimiento, que nace de la contradicción entre capital y trabajo, se manifiesta de modo visible de múltiples maneras. Las Asambleas "no dirigidas", los comités elegidos y revocables en todo momento, los piquetes de extensión de huelga, las comisiones representativas y a otro nivel, el rechazo a los controles y horas extras, a la cultura "oficial" alienante, al autoritarismo venga de quien venga, etc., no son más que la expresión externa de ese movimiento, de la Autonomía Obrera. Ciertamente aunque la ideología y estrategia de lucha por la autonomía obrera no es dominante, para desgracia de capitalistas, burócratas de izquierda, burócratas de ultraizquierda y demás dirigentes portadores de la línea "correcta y justa", la Autonomía Obrera no está muerta. Lo que sí está muerto y enterrado, son las ideologías-verdad-proviamente-establecidas-por-los-pensadorea-correctos, que pequeños o grandes grupos portadores quieren introducir dentro del proletariado. Así, de norte a sur, de Barcelona a Madrid, y en Vitoria como punto álgido, la Autonomía Obrera ha sido el "Tigre" indomable que burgueses y reformistas han querido asesinar. Cuando los trabajadores eran verdaderamente los protagonistas de la lucha, es decir, cuando la autonomía Obrera era fuerte, la lucha se basaba en órganos de democracia directa (asambleas, comisiones representativas, etc.) y no concluía con ningún pacto social. Cuando la burocracia, reformista o no, tenía peso, los trabajadores eran meros espectadores manipulados por comisiones asesoras, o directamente por líderes. En Vitoria y en Vizcaya recientemente (aunque en menor medida) la Autonomía Obrera demostró la capacidad de poder que adquiere la lucha cuando se auto-organiza; por esto Vitoria fue una experiencia histórica. En el Baix-Llobregat, los reformistas han destruido la autonomía de la clase, y por tanto, la posibilidad de que los trabajadores sean los protagonistas de la lucha. Por esta razón, las huelgas del Baix Llobregat, con su pacifismo legalista, sus gestiones a través de la Organización Sindical, sus líderes manipuladores, y su final con pacto social incluido son una auténtica tomadura de pelo colectiva. Después de este impresionante ciclo de lucha que todavía estamos viviendo, debe quedar claro para todos: Autonomía obrera, independencia de clase y auto-organización, frente al reformismo obrero, política interclasista y manipulación. SEGUNDO: UNA LÍNEA POLÍTICA DE CLASE. Sin embargo, la autonomía obrera como veíamos, no es sólo una forma organizativa, sino que tiene que tener un contenido de lucha: El capital, en el transcurso de la lucha de clases, actúa frente a la clase trabajadora con una línea política determinada que fundamenta en su política de explotación económica, sino que abarca además todos los aspectos sociales (política social, cultural, educativa, sexual, ideológica, etc.) En cada momento de la lucha de clases, la burguesía impulsa el nivel más eficaz para controlar y dominar a la clase obrera. Hoy se concreta bajo la forma de pacto social, "democracia" controlada, nuevas instituciones políticas, inflación, sindicatos domesticables... La clase trabajadora también tiene y debe desarrollar su línea política, línea política de clase global, pues es una respuesta-ataque a todos los niveles de opresión y dominación burgueses. El reformismo obrero en España, en Italia, en Francia, etc., se ofrece al capital para planificar, no ya el desarrollo capitalista, sino la crisis del propio sistema. Compromiso histórico en Italia, ruptura pactada en España, programa común en Francia, no son más que variantes de un mismo proyecto represivo contra el proletariado: encadenarlo al capital, plegar su autonomía como clase a las necesidades inmediatas de superación de la crisis. La Autonomía Obrera, entendida como línea política, o sea, como conjunto de líneas de intervención en los distintos frentes de lucha, no puede ser la invención de un grupo de militantes. Tiene que ser necesariamente una síntesis colectiva que recoja las más avanzadas experiencias de la lucha de clases. En este sentido, esta aún por hacer, si bien existen ya elementos válidos como punto de partida. En este sentido pensamos que una alternativa realmente anticapitalista hoy, pasa no por administrar la crisis, lo que en España significaría pactar con el Gobierno. La Autonomía Obrera quiere profundizar la crisis, mantenerla abierta sin forzar enfrentamientos totales en los que la clase trabajadora saldría hoy perdiendo. TERCERO: COMO CONSTRUIR LA AUTONOMÍA OBRERA. 1.- De cara a la clase obrera: construir relaciones sociales comunistas. Intervenir en las luchas de manera que surjan formas de auto-organización que se opongan a toda sustitución y manipulación de la clase trabajadora, a toda jerarquización, a toda división del trabajo y delegación de funciones. Estas formas de autoorganización (asambleas, comités elegidos y revocables, piquetes...) desarrollan en su interior un tipo de relaciones sociales que prefiguran y ya las que existirán en la sociedad comunista. 2.- De cara al capital: construir niveles crecientes de poder obrero. Cuando estas formas de auto-organización se basan en verdaderas relaciones sociales comunistas, es decir, las asambleas no son manipuladas, los comités son revocables, actúan frente al capital como un nivel de poder obrero. Impulsar niveles de poder en la empresa, en el barrio... supone: - Rechazar la sumisión a las leyes de la economía, que la burguesía presenta como algo natural. En la práctica, significa el rechazo del productivismo, del culto al trabajo alienante. - Imponer al capital un poder de clase que nace de la lucha reivindicativa, cuya ampliación debe conducir a la deterioración del sistema capitalista y a la unificación del proletariado. CUARTO: EL QUEHACER INMEDIATO. Aunque parezca extemporáneo, creemos que este es el momento de señalar que la lucha por la autonomía obrera no es una utopía irrealizable, o una "paja" mental de cuatro desocupados. De la Autonomía Obrera no sólo tenemos ejemplos recientes aquí (Vitoria, etc.) sino que además la Autonomía Obrera es una tendencia histórica del Movimiento Obrero: Como, tendencia histórica es minoritaria en momentos no revolucionarios, pero cuando se abren períodos de fuerte lucha de clases, siempre aparece y se plasma en realizaciones prácticas. Con el nombre de Comuna, de Soviet, de Consejo Obrero, de Comités... y en general de Organización de la clase, en París (1871), en Rusia (1905-1917); en cierto modo el sindicalismo revolucionario, en Alemania (1918), en España (1936), en Polonia (1956- 1970), comisiones obreras antes de ser dirigidas por el partido de turno, los trabajadores se organizan al margen y en contra de los sindicatos y partidos. La organización que adoptan, la Organización de la clase, se basa en la más pura democracia directa, en la no delegación de funciones, contra toda jerarquía... y constituye el auténtico poder obrero capaz de echar por los suelos la sociedad capitalista. La Autonomía Obrera como tendencia histórica, no sólo son unas realidades prácticas que abren el camino hacia la liberación de la clase trabajadora, y en general, de toda la sociedad, sino también unas realidades teóricas elaboradas por diferentes pensadores revolucionarios. El Marx no adulterado por Lenin, defensor teórico de la emancipación de los trabajadores como obra de ellos mismos; Rosa Luxemburgo cuando critica el carácter contra-revolucionario de todo partido dirigente, porque sustituye a la clase y después la somete de nuevo; el Gramsci joven, teórico e impulsor práctico de los Consejos Obreros de Turín; Korsch, Pannekook, y muchos más que defendieron teóricamente y en la práctica una política de clase hecha por y para los trabajadores y por lo tanto opuesta a toda dirección política externa. Y en otra dirección teórica, también los más genuinos pensadores del anarcosindicalismo han defendido la autonomía de clase de los trabajadores. Esta historia, práctica y teórica, nos confirma en que nuestra alternativa es posible, pero también tenemos que saber, según nos señala la historia, que el problema clave de la Autonomía Obrera está en que, en general, se da en momentos de fuerte lucha o conflicto abierto. Aunque ha habido amplias organizaciones de clase que han impulsado de modo permanante fórmulas cercanas a las que aquí defendernos. Caso de la CNT histórica. Pensamos que la razón esencial de que no se haya podido construir una organización permanente y estable e integral de la clase, es decir, permanentizar la Asamblea Obrera como fuente de todo poder, se debe a que los partidos políticos y sindicatos han tendido siempre a sustituir a la clase, y por eso en periodos de reflujo se ha "cargado" esta alternativa. A que no ha habido nadie, nadie que organizadamente, haya adoptado como objetivo exclusivo revolucionario la lucha permanente por la autonomía obrera. Por ello, estamos convencidos de que hoy, todos los que pensamos que la auténtica alternativa revolucionaria pasa por la autonomía obrera, debemos unirnos, debemos organizarnos y luchar desde la clase para que la-autonomía obrera no sea una lucha muy "maja" una vez al año, sino la forma permanente de organización. Para que la Asamblea sea el órgano permanente de TODAS las decisiones. Organizarmos no para sustituir a la clase, sino para todo lo contrario. Para que sea el proletariado y sólo él, el auténtico motor organizado de la Revolución Socialista. Así todos los que desde una posiciones de clase, revolucionarias, estamos contra el reformismo y el dirigismo de las "vanguardias" debemos dar un paso cualitativo que posibilite la coordinación de las luchas y los esfuerzos organizativos dispersos, en el marco de la Autonomía Obrera. Es así como avanzaremos hacia la construcción de la Organización de la Clase. Vitoria nos ha recordado el camino a seguir. Un camino largo, abrupto, pero liberador. ¡Compañeros luchadores por la Autonomía Obrera, unámonos en un amplio frente de trabajo común en pro de todas estas líneas de intervención! LA LIBERTAD NI SE RECIBE NI SE DELEGA. SE CONQUISTA Y SE DISFRUTA LA EMANCIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES SERÁ OBRA DE LOS TRABAJADORES