LUCHA Y TEORÍA 3 ABRIL-MAYO 75 EDITORIAL Acostumbrados a las publicaciones monolíticas que salen directamente del despacho de un censor político encargado da estampillar el "Visto-Bueno", tal vez algunos militantes se sorprendan de que en un mismo número de lucha Y TEORIA se expresen dos opiniones diversas sobre el mismo tema. Como dijimos en el nº 1, esta revista es la expresión de una tendencia que existe en el Movimiento Obrero y, por consiguiente, refleja el estado en el que se encuentra actualmente el Movimiento Obrero en su conjunto, que no se agrupa monolíticamente tras ningún dogmatismo. El desarrollo del Movimiento Obrero español experimentó un corte sangriento con la derrota de 1937/1939 y la bestial represión que le siguió. Actualmente intenta entroncar con su heroica tradición pero buscando las nuevas formas tácticas y estratégicas que corresponden al estado actual de desarrollo de las fuerzas productivas. Se halla pues, en un difícil momento de búsqueda, a partir de interpretaciones diversas de hechos históricos y actuales, así como a partir de comportamientos políticos de nuestro país e internacionales. La verdadera unidad, se irá construyendo lentamente a través de una práctica correcta, sin separación de lo político y de lo económico y a través de una crítica a la ideología elitista-vanguardista, aplicación mecánica de un marxismo-leninismo vulgar y estereotipado. Seria un error suponer que se ha llegado ya a la unanimidad de criterios y a la similitud de opciones, tanto teóricas como prácticas. Semejante unanimidad sólo podría venir impuesta por decreto y sería por consiguiente, artificial. lucha Y TEORIA no puede escapar a esta contradicción inherente al Movimiento Obrero que consiste en verse obligado a buscar, investigar e inventar, sin poseer la teoría y la práctica suficientes para llegar a soluciones claras y universales. Como pensamos que esta situación no va a ser transitoria, conviene adoptar una actitud política que sea consecuente con esta realidad. La pluralidad de tendencias y opiniones -que no significan necesariamente desunión- es un hecho general en el Movimiento Obrero y no solo en nuestro país; por eso nosotros la hemos adoptado como base de nuestra tendencia, persuadidos además, de que los diferentes puntos de vista expresados sobre un mismo tema pueden ayudar a la reflexión que lleva cabo él sector del Movimiento Obrero que lucha por un socialismo de autogestión. Esta postura puede parecer ambigua a quiénes prefieren la eficacia de las soluciones prefabricadas, intentando ahorrarse el esfuerzo de la reflexión colectiva. Se buscan hoy muchas adhesiones a programas ya elaborados, sin tener en cuenta el camino que es propio al Movimiento Obrero y sin tener en cuenta que el marxismo no es una ciencia exacta al estilo de la física o de las matemáticas, sino que es una guía para la acción, una interpretación de la realidad, que también es cambiante y pluralista. Así lo que puede parecer ambigüedad a unos, para otros no es más que respeto a la realidad, nos guste o no. Y esa es la única posición radical, si seguimos creyendo, con Gramsci, que "solo la verdad es revolucionaria". TEXTOS SOBRE LA PRÁCTICA ORGANIZATIVA 1936 COLECTIVIDADES EN EL BAJO ARAGÓN La Revolución española es un marco histórico en el que se da un abanico amplio de experiencias prácticas organizativas del proletariado. El análisis de todas ellas es un trabajo de gran interés, que abarca más espacio del que podemos nosotros dedicarle. Por ello, expondremos sólo algunas experiencias organizativas, en una serie de tres artículos. Limitándonos así, no podremos analizar el marco histórico general de la Revolución española, ni pretendemos dar una visión de conjunto de la situación del proletariado español en aquella época. Los tres artículos iniciales serán: - Un ejemplo concreto de colectivización agraria en Aragón - Un estudio general de las realizaciones en la industria, efectuadas en Barcelona - Un estudio también general de las experiencias autogestionarias que tuvieron lugar en Cataluña en el sector de servicios: transportes, teléfonos, etc. Los datos, que hemos recogido para este estudio han sido proporcionados por la Federación Comarcal de Valderrobles en el exilio por lo que destacarán fundamentalmente las acciones llevadas a cabo por las fuerzas libertarias, por otra parte las más combativas y creativas de esta región. SITUACIÓN GEOGRÁFICA DE LA COMARCA. LENGUA Y COSTUMBRES La comarca está situada en la parte sureste del Bajo Aragón, lindando con Cataluña y Valencia, formando un triángulo en el que convergen las provincias de Teruel, Castellón de la, Plana y Tarragona. Componían esta comarcal, adherida a la C.N.T. (Confederación Nacional del Trabajo), 19 pueblos. El lenguaje que se utilizaba es el "chapurreado", dialecto catalano-valenciano. Sólo las costumbres son aragonesas, desde bailar la jota en la plaza hasta las rondallas de los jóvenes en lenguaje baturro. MEDIOS ECONÓMICOS DE LA COMARCA Proceden básicamente de la agricultura: aceite de oliva, almendras, madera de pino aceite de orujo, miel, vino, etc. Además de estos productos dedicados a la venta en el exterior, se cultivaban diferentes tipos de verduras, cereales, así mismo se criaban cerdos, ganado lanar y cabrío, con destino al consumo interno. En Beceite, la industria del papel ocupaba un lugar fundamental, llegando a reunir ocho fábricas dedicadas a esta labor. El artesanado también era importante en la comarca. EXPERIENCIAS ANTERIORES DE ORGANIZACION Y DE LUCHA. A principios de siglo surgieron, posturas ''republicanas", cuya manifestación política era fundamentalmente anticlerical y se concretaba en propaganda tendente a convertir los actos religiosos en manifestaciones civiles. No obstante, las ideas republicanas eran bastante confusas en la comarca, sin gran contenido organizativo y social. A partir de la 1ª Guerra Mundial se dieron algunos intentos de organización más amplia, a través de los centros obreros, cooperativas de consumo, sociedades recreativas, etc. Después vendrían los tiempos de dictadura de Primo de Rivera y la represión, por lo que estas organizaciones pasaron por situaciones críticas que amenazaban su propia existencia. En 1931, con el advenimiento de la Republica, comenzaría la creación de los sindicatos, y en 1936, las colectividades, de las que nos ocupamos en este artículo. Además de los militantes anarquistas, existían diferentes grupos esparcidos por los pueblos, de socialistas, radicales, azañistas, gilroblistas, algún sindicato católico que desapareció rápidamente y algún comunista. Desde principio de siglo hubo intentos de organizar escuelas no controladas ni por la Iglesia ni por el Estado, funcionando según la orientación de la Escuela Moderna de Ferrer. Debido al carácter agrícola de la comarca y al hecho de que la mayoría de sus habitantes eran a la vez asalaria dos y pequeños propietarios, sólo hubo luchas y enfrentamientos que no llegaban a profundizar, a causa del mencionado carácter de clase; así como por la oportuna intervención de la inevitable Guardia Civil. En las elecciones de 1931, la mayoría de la población votó por la República, y tras el triunfo de ésta, viendo que los problemas seguían sin resolverse, comenzaron a desarrollarse fuertes luchas. A la vez, empezaron a formarse sindicatos únicos y núcleos de las diferentes organizaciones, especialmente anarquistas. El día 29 de mayo de 1933, en algunos pueblos, siguiendo las consignas de la C.N.T., llamando a una jornada de paro nacional contra la represión y las deportaciones, se desarrollarán numerosas manifestaciones y concentraciones; Para el día 8 de diciembre de 1933 había sido decretado un levantamiento, como preludio de la revolución social tanto tiempo esperada. De buena mañana empezaron a ocuparse los pueblos, recogiéndose las armas que obraban en poder de los reaccionarios, y encarcelándoles, aunque sin malos tratos. EL COMUNISMO LIBERTARIO fue declarado en la mayoría de las poblaciones, y en Valderrobles la lucha duró dos días, siendo muy encarnizada. Por la mañana del día 10, ante el aviso de la llegada de numerosas tropas, se abandonó el sitio del cuartel de la Guardia Civil. El levantamiento fue abortado, pero las enseñanzas que se pudieron extraer fueron muy importantes. Cuando el levantamiento fue sofocado, los reaccionarios desencadenaron una represión sin precedentes. Una lección que, sin embargo no fue suficientemente asimilada, ya que en los acontecimientos posteriores se caería en el mismo error: tratar con excesiva mano blanda a los explotadores. EL LEVANTAMIENTO DEL 19 DE JULIO Y LAS COLECTIVIDADES. Una vez conocido el levantamiento militar en África, el 17 de julio del 36, los militantes se concentraron el día 19 para tratar la línea a seguir a partir de este momento. El día 21 se recibió una llamada de Villalba de los Arcos, pidiendo auxilio porque la reacción había iniciado su movimiento. Varios vehículos repletos mayoritariamente por miembros de la Comarcal de Valderrobles salieron hacia ese pueblo, estableciéndose el cerco que finalizaría con la rendición de los sublevados. Una vez sofocado el levantamiento, hasta los republicanos acudieron en masa a los comités antifascistas, des de los cuales llegarían a controlar más tarde al movimiento revolucionario. Para conseguir introducirse en estos comités, contaron con la ayuda de la Guardia Civil y del "Ejército Popular". Desde estos comités se intentaría posteriormente sabotear el desarrollo de las colectividades. Una vez solucionado el problema de la insurrección derechista, se decidió la creación de una cooperativa comarcal, para reestructurar la economía, restablecer las comunicaciones con el exterior y canalizar los intercambios. La primera preocupación fue la de procurar que no se alteraran los precios de los productos, para lo cual se establecieron contactos con otras colectividades y cooperativas. Cada colectividad local, aprovechando los medios de transporte que podía, efectuaba sus adquisiciones directamente, en espera de que con el tiempo, la Cooperativa Comarcal pudiese abarcar todas las ramas del suministro. Para poder llevar a cabo los intercambios, se fijó el precio del aceite a dos pesetas el litro, que era el establecido antes de la insurrección. Pero los productos que ofrecían en contrapartida otras cooperativas habían subido, debido al aumento de jornales en sus respectivas localidades. Se les objetaba que también los trabajadores de esta comarca tenían derecho a estas mejoras. Después de expuestas estas razones, se quedaba de acuerdo y se procedía al intercambio. Los productos procedentes de estas operaciones se distribuían entre las colectividades locales con arreglo a sus habitantes. Se aconsejaba siempre que se facilitara a los no colectivistas la misma ración, a condición de que éstos entregaran, en compensación, los productos que poseyeran en excedente. Hubo localidades que no disponían de sobrantes pero que sin embargo recibían la misma ración. El interés que guiaba a esta cooperativa era el de ir convenciendo paulatinamente a la población de que TODO ERA DE TODOS Y PARA TODOS POR IGUAL, sin otras restricciones que las aconsejadas por la escasez, debido a las consecuencias de la guerra o por cualquier imponderable. Las colectividades locales dividieron las tierras en zonas que los trabajadores, organizados en grupos de trabajo, cultivaban. La distribución de los productos se efectuaba según el número de miembros de cada familia (a cada uno según sus necesidades en la medida de las posibilidades) y se le exigía según sus fuerzas. La moneda fue suspendida en la mayoría de los pueblos para los colectivistas, aunque no así para los no colectivistas. También se podía pagar con productos excedentes. El objetivo que se perseguía era el de instaurar el principio de TODO ES DE TODOS Y PARA TODOS POR IGUAL, aunque estaba claro que esto no era posible el llevarlo a la práctica sin sacudidas y sin que surgiesen problemas, que paulatinamente se iban solucionando. Las tierras de de colectividades estaban compuestas por las que eran expropiadas a los elementos reaccionarios y las de aquéllos que voluntariamente las cedían. La inmensa mayoría lo hizo así, y los pocos que se negaron, eran libres de trabajar sus tierras aunque tenían prohibido el contratar asalariados. Para los intercambios y la centralización de las adquisiciones, se crearon cooperativas de consumo. Las producciones llegaron a aumentar hasta un cincuenta por cien. Las farmacias y médicos quedaron al servicio de la colectividad, se montaron escuelas pagadas por el Estado, pero los maestros eran elegidos por los misinos interesados. Se crea ron hogares para el reposo de los ancianos siendo ellos mismos quienes escogían el acudir y el permanecer allí; se organizaron guarderías, centros comunes de diversiones, formación, discusión, etc. Los utensilios de trabajo, al igual que las tierras fueron puestos en común: cada equipo de trabajo elegía su representante que reunido con los representantes de los otros grupos, formaban el Comité encargado de planificar el trabajo. Estas colectividades que eran sin duda una nueva forma de organización social más avanzada y más justa que la existen te hasta entonces, no solo habían de luchar contra los ataques de los caciques y reaccionarios en general, sino que también tenían que hacer frente a los ataques que venían desde el mismo seno del Frente Popular. LA CONTRAREVOLUCION ANTICOLECTIVISTA De los principales enemigos de las colectividades, cabe destacar, en la zona republicana, la acción contra-revolucionaria del Partido Comunista, aliado con todo tipo de republicanos y organizaciones burguesas. No se conformaron solamente con intentar ahogar económicamente a las colectividades, sino que las a tacaron físicamente en sus instalaciones y en las personas de sus componentes más destacados. Para demostrar esta afirmación vamos a dar algunos ejemplos de los hechos sucedidos en la comarca. El 11 de marzo de 1937, fueron detenidos por los guardias de asaltos a la una de la madrugada en Beceite, el secretario del sindicado (CNT), que al mismo tiempo era miembro del Comité Revolucionario; el presidente de la colectividad y su secretario, así como dos miembros mas del Comité Revolucionario. Los cinco fueron conducidos en un camión completamente cerrado, por miembros de la Guardia de Asalto y del Ejército Popular a un barranco. Allí simularon un fusilamiento con tiro de gracia incluido. Terminada la "operación" fueron encarcelados. A esto hay que sumar las detenciones indiscriminadas, las palizas, las torturas, la devolución de tierras colectivizadas a sus antiguos propietarios, etc. En definitiva, las colectividades no pudieron avanzar en la medida en que sus posibilidades lo permitían, no por incapacidad de los trabajadores, sino porque algunas organizaciones que llevaban el nombre de obreras y que hablaban constantemente de "socialización" (P.C.E., P.S.O.E.), en realidad defendían los intereses de las diferentes capas burguesas. LA INVASIÓN DE LAS COLECTIVIDASES Y LA REPRESIÓN-FRANQUISTA Después vendrían los ejércitos nacionales, con la destrucción total de las colectividades, los fusilamientos, los cortes de pelo al cero a las mujeres violaciones, asesinatos por garrote vil por bomba en el pecho, etc. Los ejércitos nacionales con sus falangistas, requetés, obispos, moros, italianos, alemanes, y toda la demás basura que los componían, hicieron bien su trabajo. A los que se libraron de la muerte, les esperaba el martirio y los largos años de cárcel. Para aquéllos que se marcharon, los campos de concentración y el exilio, deambulando por Europa y América toda su vida. El espíritu de venganza que invadía a estas hordas, puede quedarnos claro cuando recordamos las palabras de Franco: "Fusilaré a la mitad de los españoles si es necesario, para obtener la victoria" ENSEÑANZAS QUE NOS PROPORCIONA ESTA EXPERIENCIA Las colectividades mostraron por primera vez en España, que una nueva organización de la sociedad era posible, una nueva organización social justa y libre. Este nuevo tipo de organización, no solamente no arrastró al caos a la sociedad, sino que por el contrario, la productividad y la producción global aumentaron en algunos casos hasta en un 50%. A pesar de la guerra y sus consecuencias, de la poca fertilidad de las tierras, de la "falta de cultura" de los trabajadores, a pesar de los intentos de ahogarlas, los trabaja dores fueron capaces de organizar todos los aspectos de su vida social según el presupuesto de A CADA CUAL SE-GÚN SUS NECESIDADES Y DE CADA CUAL SEGÚN SUS CAPACIDADES. La democracia directa no lleva al caos como nos quieren hacer ver los capitalistas y sus voceros más o menos disfrazados. Sólo en un medio totalmente libre los trabajadores podemos poner en práctica nuestra capacidad creadora. Sólo en una sociedad dirigida por nosotros mismos, donde los trabajadores asumimos el papel de sujetos de la historia, demostramos en la práctica, nuestra superioridad sobre el capitalismo. A pesar de que estas colectividades eran campesinas, se demostró que los trabajadores podemos, poco a poco, superar la contradicción entre nuestros intereses inmediatos (necesidades económicas del momento) y nuestros intereses colectivos (una sociedad dirigida por nosotros mismos); se demostró que la dirección a través de Asambleas Generales es posible y superior a una sociedad dirigida por una minoría al servicio de sus propios interes. En casos de colectividades industriales, con un desarrollo capitalista más perfecto, estos criterios quedan mucho más claros, pero esto es algo que analizaremos en otra ocasión. TEXTOS SOBRE LA TEORÍA ORGANIZATIVA CAPITALISMO Y SINDICATO 1 MARCO HISTÓRICO A principios del siglo XIX, con el desarrollo de la industria manufacturera, puede decirse que tiene sus orígenes el sindicalismo. Es la fase del capitalismo incipiente en la cual el proceso de producción permanece en manos privadas. Es el típico liberalismo económico que se rige por la no intervención del Estado en materia económica y que únicamente desempeña el papel de policía defensor de los intereses de la burguesía. La situación del obrero en este capitalismo naciente es desastrosa. Trabajo de hasta catorce horas diarias, incluidos mujeres y niños, salarios muy bajos, sin las más mínimas condiciones de seguridad e higiene en el trabajo, desamparo absoluto ante el paro, la enfermedad y la vejez... Existe libertad de contratación: el amo y el obrero son libres. El amo es libre de contratarlo y despedirlo, y el obrero de trabajar o morirse de hambre. El capitalista tiene una concepción feudal de su empresa, debe ser reverenciado y obedecido por la "chusma". En este marco histórico que brevemente hemos descrito, la lucha reivindicativa es posible y tiene éxito. El capital puede ceder gracias a que el capitalismo constituye un modo de producción muy superior al anterior (revolución industrial). En Inglaterra, en 1848, la clase obrera consigue la reducción en una hora de la jornada laboral: "Esta hora que se arrancó a los capitalistas, era según los economistas "oficiales", la única hora de trabajo de la cual obtenían el beneficio. Nos anunciaron grandes males: disminución de la acumulación, subida de precios y por último la ruina. ¿Resultado?... un desarrollo maravilloso de las fuerzas productivas, una expansión inusitada de los mercados y un aumento importante de nuevos empleos". (C. Marx) CREACIÓN DE LOS SINDICATOS El primer paso dado por los obreros será superar su débil individual frente al capital. El arma de los trabajadores será agruparse, para conseguir una contratación colectiva que les permita aumentar el precio de su fuerza de trabajo, es decir, los salarios. La lucha será por tanto a la defensiva, frente a un capital en apogeo que impone una constante disminución de los salarios (fomentando el paro) y el aumento brutal de las horas de trabajo. Los sindicatos primitivos fueron en general asociaciones locales ligadas a grupos selectos de artesanos que se vanagloriaban de ser "la aristocracia" de la clase trabajadora. Sus métodos eran las medidas monopolistas de los viejos gremios cuyo propósito consistía en suprimir del mercado de trabajo todo excedente de mano de obra para mantener altos sus propios salarios (mediante reglamentos, coacciones...). Sin embargo, con el desarrollo de la gran industria el proceso de producción ya no se subordina a la habilidad del obrero. El trabajo se descualifica y el trabajador se convierte en un apéndice más de la maquina. Se inicia entonces un sindicalismo de masas para organizar a los obreros no cualificados. Evidentemente los métodos de lucha cambian. La huelga constituía el arma que obligue al patrono a la contratación colectiva y a la consecución de mejoras. En Inglaterra, país donde el capitalismo esta más avanzado, surgen hacia 1850 los principales sindicatos ligados a una aristocracia obrera: los de vidrieros de Flint, los toneleros de Dublín, los de albañiles de Cork (que exigían la cuota de un chelín a todos los "estraños" que vinieran de otra ciudad a buscar trabajo...) y hasta un sindicato de carácter nacional, la Sociedad Amalgamada de mecánicos. A finales del Siglo XIX, los obreros no calificados crearon sus propias organizaciones: el Sindicato de Estibadores, la Unión de Trabajadores, entre otras. Muchos de los nuevos sindicatos se fusionaron posteriormente con las organizaciones sindicales de obreros calificados, venciendo el temor de éstos últimos a perder sus privilegios. La Unión Nacional de Ferroviarios, fundada en 1913 es el mejor ejemplo. El proceso seguido en Inglaterra, se repite en Francia en cierto modo. Los obreros calificados (tipógrafos, artesanos, etc.) crean el primer sindicato hacia el año 1864, y mientras los sindicatos de oficios negocian, los obreros textiles de Lyon en 1831 y los mineros en 1844 se sublevan. Para los obreros más explotados no existe el camino de la negociación por que no tienen nada que negociar. Sólo en 1377, los mineros y trabajadores textiles se decidirán a crear un organismo sindical. En el caso concreto de Catalunya, región más industrializada del país, esta conciencia de asociación se plasma en las comisiones de obreros que nacen en 1827. Luchan por su legalización y en 1839 fundan la Sociedad de Tejedores de Barcelona. Esta asociación obrera cubre el riesgo profesional de paro por despido. En el transcurso de la lucha se supera el nivel de sindicato local de oficio, para configurarse como un sindicato de rama: la Unión de Clases. Pasa por varias fases de clandestinidad y en 1865 celebra el I Congreso Obrero, en el que la asociación aparece como un sindicato desarrollado de abajo arriba, de las sociedades de oficio a las uniones locales y a la federación regional de clases. En el terreno social defienden ideas mutualistas y corporativistas. Políticamente son demócratas reformistas, sin visión internacionalista alguna. Según Anselmo Lorenzo, las sociedades obreras catalanas, las más avanzadas de la época, no habrían evolucionado por si solas jamás hacia el internacionalismo revolucionario. Los sindicatos nacen pues de una tendencia reformista existente en el seno de la clase trabajadora, y este origen, a pesar de la violencia de las luchas reivindicativas que se desarrollarán desde 1880, marca profundamente la teoría y la práctica de la organización sindical. Está claro sin embargo, que hablar del carácter defensivo de las luchas sindicales, no equivale a decir que toda acción sindical será obligatoriamente "sindicalismo constructivo" a la inglesa. Las condiciones socio-económicas propias de cada país son las que lo determinarán. Cuando la burguesía no cede (Francia) y además existe un subproletariado que vive en condiciones infrahumanas (España), la lucha obrera debe ser necesariamente violenta (quema de hiladoras mecánicas, de fábricas, etc...). CARACTERÍSTICAS DE LOS SINDICATOS DE ESTE PERIODO Podemos afirmar que los sindicatos e n esta primera etapa tienen una serie de funciones positivas: - Organizan a la clase trabajadora. - Actúan el proceso de desarrollo de las fuerzas productivas. - Consiguen mejoras en las condiciones de vida, tales como la reducción de la jornada laboral, el derecho de asociación... Los sindicatos, impuestos tras duras luchas, constituyen en un primer momento una organización útil para la clase trabajadora. Sin embargo los- sindicatos son incapaces de elaborar una estrategia global, tienen una estrechez de horizontes y una perspectiva limitada a los problemas inmediatos y a las reivindicaciones profesionales. Estas limitaciones que encerraban a los sindicatos en el reformismo fueron ya apreciadas por la burguesía como señala Engels en 1885: "Los sindicatos maldecidos como obra del diablo hace poco, fueron sin embargo cortejados y protegidos por los industriales como unas instituciones altamente legítimas y como medios útiles para propagar entre los obreros sanas ideas económicas. Incluso las huelgas execradas antes de 1848, fueron no obstante consideradas en aquel instante como de gran utilidad, particularmente cuando los señores industriales las suscitaban ellos mismos cuando les era favorable." ¿Cómo explicar este hecho? Pensamos que la explicación reside por una parte en la ambigüedad de los objetivos políticos y por otra en la propia estructura sindical. El objetivo político fundamental que mueve al sindicato en sus inicios es la lucha por el derecho al trabajo (contra el paro). Este fin constituía un objetivo inmediato político, pero la práctica fue transformándolo en el de la valorización del trabajo. El sindicato pasó a defender la dignidad, la importancia, en fin, el valor del trabajo ¡que era y sigue siendo, asalariado! Era precisamente lo que la burguesía necesitaba. Ante la progresiva pérdida de interés del trabajo industrial, una actitud de desprecio hacia el trabajo era evidentemente subversiva. El sindicato, al defenderlo coincidía con los intereses de la burguesía que encontraba más y más dificultades para conseguir encerrar catorce horas a los obreros en las fábricas. Este creemos es el punto fundamental que hará posible un cierto entendimiento entre sindicato-burguesía, primero, y a partir de la crisis de 1929 (como veremos en LUCHA y Teoría nº 4) la integración de los sindicatos en el propio estado capitalista. Esta ambigüedad en los objetivos políticos sindicales tiene su correspondencia en la forma organizativa adoptada. Como se sabe, la principal causa de la división de los obreros es la división social del trabajo, es decir, la distribución de los individuos entre las diversas ramas de la producción. Esta división no se lleva a cabo sobre la base de diferencias naturales, como las biológicas (edad, sexo), sino sobre la base de las necesidades del modo de producción capitalista. El sindicato, fundado en la federación de oficios, se basa en la división del trabajo, que se convertirá en su principio consubstancial, por ello, será en gran medida una organización defensiva y reformista. Para conseguir los objetivos políticos a largo plazo (revolución social a través de la huelga política), la estructura sindical, a causa de su localismo y de su falta de perspectivas totales es un freno para los trabajadores en lucha. No trataremos las diversas ideologías políticas (sindicalismo anglosajón, socialdemocracia, anarco-sindicalismo, etc.,) aun cuando existan muchas diferencias entre ellas, porque pensamos que tienen una importancia secundaria. La C.N.T. es un caso aparte, porque fue la única organización que intentó varias veces la realización de su programa máximo: la revolución social. Pero aún en este caso los límites del sindicalismo se hicieron insalvables. Presentamos a continuación algunos momentos históricos, revolucionarios, en los que se manifiesta claramente, la posición de los sindicatos frente al proletariado en lucha. En el caso ruso se demuestra cómo la burocracia bolchevique consigue utilizar a los sindicatos contra los Soviets que ofrecían resistencia a la dominación de aquella. En el ejemplo alemán (semejante al italiano descrito en LUCHA y Teoría nº 1) el papel de freno llegará a ser absolutamente contra-revolucionario y cómplice de la reacción. Cuando en LUCHA y Teoría nº 4 estudiemos la integración de los sindicatos de clase dentro del Estado Capitalista, expondremos el ejemplo del Mayo francés. LA REVOLUCIÓN RUSA Y LOS SINDICATOS Como es ahora ya evidente, la Revolución Rusa significó un intento fallido de la clase obrera rusa para destruir las relaciones de producción capitalistas opresivas. Si bien los soviets -organización autónoma de la clase, que se regían por el sistema de la democracia directa y que habían demostrado ya su validez en 1905 (ver LUCHA Y TEORÍA nº 1)- acabaron con el poder de la burguesía, al eliminar la propiedad privada de los bienes de producción, no tuvieron potencia suficiente para alterar las relaciones de producción capitalistas y autoritarias que caracterizan a toda sociedad dividida en clases. Varias fueron las fuerzas que lo impidieron: - la burguesía, por supuesto, ya que la perspectiva de la gestión obrera significaba para ella la pérdida de sus posiciones de privilegios enmascaradas bajo el apelativo de "técnicos" en los lugares de decisión (en la NEP, por ejemplo). - los mencheviques, para quienes la revolución solo podía ser democratico-burguesa. - los bolcheviques,:que desde finales de 1917 se dedicaron a quitarles todo el poder a los soviets, ya que para los bolcheviques tiene que ser él Comité Central del partido, y no los soviets, el organismo que dirija la producción después de la destrucción de la burguesía. Los sindicatos eran prácticamente inexistentes antes de 1917. Sus objetivos, limitados a la organización del trabajo, así como la delegación y centralización de funciones, eran elementos que favorecían el control de la clase obrera por parte de una minoría organizada como lo estaba demostrando el ejemplo de Alemania. Por eso, para apropiarse el poder de los soviets los bolcheviques canalizaron las energías revolucionarias de los trabajadores a través de los sindicatos, energías que fueron domesticando progresivamente. Sintetizamos a continuación las etapas principales de esta táctica (Para más documentada y extensa información recomendamos la lectura de Los bolcheviques y el control obrero, de M. Brinton. Ed. Ruedo Ibérico. París 72.), que ha sido utilizada luego por todos los P.C. del mundo en la medida de sus posibilidades. El último ejemplo en marcha, típico, es Portugal, cuyo debate sobre la "unidad sindical" solo puede comprenderse a través de esta perspectiva. También sirve como lectura para comprender la actitud del PCE en las Comisiones Obreras, en nuestro país. En el primer congreso panruso de los Sindicatos (7-14 enero 1918), con mayoría bolchevica, se votó la transformación de los comités de fábrica en órganos sindicales y se definió el control obrero como "el instrumento que permite que el plan económico general se realice localmente". Este plan quedaba centralizado en Sindicatos. El Consejo Central de los Sindicatos (3 abril 1918) declara que los Sindicatos debían "consagrar todos sus esfuerzos al aumento de la productividad del trabajo y de la disciplina del trabajador. En el noveno congreso del Partido (29 marzo-4 abril 1920) se suprime la dirección colectiva de las empresas y se introduce la dirección individual. Trotsky, apoyado por Lenin, declara que la dirección colectiva es "un invento menchevique". Y Lenin dice: "el Partido Comunista Ruso no puede aceptar en modo alguno que sólo corresponda al Partido la dirección política y que la dirección económica corresponda a los Sindicatos". En el tercer congreso panruso de los Sindicatos (6-15 abril 1920) Trotsky declara que "la militarización del trabajo... es el método básico indispensable para organizar nuestra fuerza de trabajo... La esclavitud fue en su época una tendencia progresiva". En el décimo congreso del partido Trotsky ataca así a los marinos sublevados de Cronstadt: "Han colocado por encima del partido el derecho de los obreros a elegir representantes!". En el congreso panruso de sindicatos metalúrgicos (mayo-1921) los delegados elegidos por los obreros fueron revocados por el comité central del partido, el cual puso a sus hombres de confianza. La ficción de los "delegados elegibles y revocables"", se cumplió así al pie de la letra, de forma harto original. Con ella terminó otra ficción, la de la autonomía sindical. Terminaremos concluyendo con Isaac Deutscher ("Los sindicatos soviéticos, edit. ERA-México, 1971) que "...los sindicatos soviéticos han sido utili- zados a menudo por el Estado patrono, como un instrumento de coerción contra las clases trabajadoras." LOS SINDICATOS EN LA REVOLUCIÓN ALEMANA A primeros de siglo los sindicatos alcanzaron en Alemania una gran capacidad organizativa debido a la defensa que representaban ante los capitalistas, y a las mejoras sociales alcanzadas tras duros enfrentamientos. Su orientación reivindicativa tenía origen en su mismo nacimiento, hacia 1886, para "mejorar las condiciones materiales, intelectuales y morales de sus miembros. Pero cuando las acciones del proletariado se enfrentaban directamente al capital, poniendo en tela de juicio la razón de su existencia, la función de los sindicatos demostró que su propia naturaleza reformista les imposibilitaba toda acción revolucionaria. Así, las grandes huelgas de 1905 surgieron espontáneamente y al margen de los sindicatos, que intentaron frenar desde el primer momento algo que se les iba de las manos. Serán los sindicatos, por boca de sus dirigentes (Karl Legien, en 1905) quienes atacarán la huelga revolucionaria, llegando a decir que "la huelga general es un disparate general", pero la realidad demostraba que por esas acciones decisivas el proletariado alemán había aliviado enormemente sus condiciones de vida, a la vez que fortalecía su radicalización y su conciencia de clase. Ante la Primera Guerra Mundial, los sindicatos, en contra del sentir de los obreros votaron, junto con sus inspiradores socialdemócratas, los créditos de guerra que solicitó el Emperador en el Parlamento. Obraron así por temor a perder la legalidad, y con ella su enorme influencia sobre las masas. "La socialdemocracia alemana y los sindicatos eran las organizaciones que podían obtener numerosas concesiones para los obreros, gracias a la presión de su mera existencia, mientras se conservara el equilibrio pacífico exterior entre las grandes potencias ahora imperialistas, y no sobrevinieran mayores conflictos sociales. Cualquier crisis tenía naturalmente que revelar sobre qué pies de barro descansaba semejante coloso" (W. Abendroth! Historia del Movimiento Obrero Europeo). Con las huelgas revolucionarias de 1918 los obreros alemanes intentaron poner fin a su desastrosa situación (agravada por los efectos de la guerra) y acabar con la explotación capitalista, ilusionados por la victoria inicial del proletariado en Rusia. En un periodo revolucionario como aquel, los sindicatos se enfrentaron a las acciones "indisciplinadas" de los obreros, ya que según ellos lo principal era restablecer la situación económica del país (es decir, el sistema capitalista), dejando para mas tarde la revolución social. Consecuentes, firmaron en noviembre de 1918 los acuerdos con la patronal, para mantener la "paz social" (comunidad de trabajo). Por el contrario, la mayor parte de los obreros se lanzaron con ímpetu para derribar el capitalismo. Ante la ineficacia de los sindicatos para conseguir este objetivo, se empezaron a formar espontáneamente consejos obreros en las empresas y barrios populares. "Del 4 al 9 de noviembre de 1918 las antiguas estructuras del Estado alemán, dinástico y burocrático, fueron arrinconadas; los consejos tomaron el poder local en todas las ciudades". Pero la prolongada influencia de los sindicatos, permitió que éstos, bajo maniobras, se apoderasen rápidamente de la dirección de este movimiento, vaciándolo de su contenido revolucionario y sometiéndolo a la autoridad de la Asamblea constituyente del 19 de enero de 1919. Al mismo tiempo apoyaron al nuevo gobierno socialdemócrata, "gobierno obrero" que no vaciló en aplastar sangrientamente a los obreros en armas en enero de 1919, en Berlín; en mayo del mismo año, en Baviera; y en abril de 1920 a los revolucionarios de la cuenca minera del Ruhr, que serán tachados de irresponsables, lumpenproletarios, izquierdistas, maleantes, bárbaros... "Luchando contra el capital, contra sus tendencias absolutistas y generadoras de miseria, el movimiento sindical ha llegado a jugar un papel dentro del capitalismo, convirtiéndose de esta forma en un miembro más de la sociedad capitalista. Pero en el momento en que la revolución empieza, mientras que el proletariado, de miembro de la sociedad se transforma en su destructor, encuentra frente a el, como obstáculo, al sindicato." (Pannekoek). NOTAS CRÍTICAS SOBRE "CAPITALISMO Y SINDICATOS" De nuevo, como en el número anterior de LUCHA Y TEORÍA, han surgido en el seno de la redacción de la revista posiciones y planteamientos distintos y divergentes sobre un tema. En este caso el análisis histórico del sindicalismo que precede a estas notas. Una vez más, hemos pensado que la mejor forma de articular las divergencias era expresarlas, de manera que el lector tenga posibilidad de conocer distintas posiciones sobre una misma cuestión. Se trata en este caso simplemente de apuntes, "notas críticas", que un grupo de redactores entendemos fundamentales para un análisis histórico con metodología materialista. Creemos que el análisis histórico del sindicalismo que se hace en las páginas anteriores incurre en dos errores básicos: un error metodológico y un error político. El error metodológico consiste en acercarse a la realidad que se quiere analizar (el sindicalismo histórico) con prejuicios derivados de las concepciones políticas que en la circunstancia actual se defienden. La forma mas fácil de deformar la realidad es contemplarla con los anteojos de la previa opinió que se tiene sobre ella, antes de haberla conocido en profundidad. La técnica más usada por todos los idealismos es la de deformar las realidades de manera que coincidan con los planteamientos teóricos que se persiguen. Creemos que en el análisis que precede se incurre claramente en este error. Con el fin de reforzar la propia posición que considera el sindicalismo en la fase actual del proceso de lucha del movimiento obrero como un elemento reformista, conciliador y, por tanto, de control y freno de la lucha de clases, se pretende hacer creer que en toda su historia -salvo alguna excepción muy contada- el sindicalismo ha jugado el mismo papel de freno: del movimiento obrero. En este sentido, se describe un capitalismo -en su fase inicial- con perfiles evidentemente asépticos, sin constatar que el capitalismo que surge de la transición del modo de producción feudal se caracteriza por la agresividad de sus formas de explotación del trabajo, por la progresión de su proceso de control social y por el carácter ascendente a niveles políticos de la clase que protagoniza el cambio: la burguesía naciente. ¿Cabe en tales condiciones generalizar la calificación de simplemente "defensiva", economicista y reformista para la acción de las primeras organizaciones obreras que se oponen radicalmente y con diversas formas de lucha a ese proceso? En la misma línea, se da lugar a la confusión entre el gremio y el sindicato, al concebir a éste en cierto modo como el resultado del proceso de transformación de los gremios, por sus métodos de monopolio del mercado de trabajo típicos de éstos. Se desconoce en este punto que el proceso de transición del feudalismo al capitalismo es complejo y extenso en el tiempo y que en toda formación social de transición se dan al tiempo elementos de los modos de producción decadente y ascendente; y se confunde la coincidencia temporal de las organizaciones de "productores" propias del feudalismo (gremios) de las estrictamente obreras nacidas del capitalismo (asociaciones de ayuda mutua, sindicatos, etc.), identificándolas a efectos de análisis. La propia Ley de Le Chapelier aprobada por la burguesía ascendente francesa en 1791, al prohibir toda asociación de trabajadores, distingue entre las corporaciones medievales y las asociaciones obreras. El mismo error metodológico hace que se deforme la realidad de los ejemplos históricos de organización obrera que los autores del artículo creen afines con la concepción propia sobre el tema. Así se califica a los "soviets" de 1917 como "organización autónoma de la clase" cuando, salvo alquna que otra excepción, es inexacto hablar de autonomía de clase en el sentido que hoy se da al concepto y cuando, por otro lado, se trataba evidentemente de organizaciones interclasistas y no propiamente "de la clase obrera". Y los ejemplos en que se concreta ese error metodológico que apuntamos podrían multiplicarse: confundir simplificadoramente burguesía con técnicos de la N.E.P., identificar -sin matizar- mencheviques con revolución exclusivamente democrático-burguesa, oponer -también sin matiz alguno- sindicato a movimiento obrero, identificar simplistamente división social del trabajo con la distribución de los trabajadores en ramas de la producción y de la organización sindical por ramos (en aquella etapa histórica) con el reformismo sindical, etc. Pero decíamos que a nuestro entender, se incurre también en un error político. Nos referimos básicamente a la valorización que se hace del sindicalismo desde sus inicios como un elemento reformista, estabilizador de la lucha de clases. Se podrá decir que en la situación actual del movimiento obrero, la imagen que presenta el sindicalismo es, genéricamente, la de un movimiento de freno e integración de las luchas de la clase; pero resulta políticamente erróneo generalizar esta valoración a todos los momentos del proceso histórico del Movimiento Obrero. Y ese error político condicionara necesariamente toda actitud política actual sobre la generalización de la conciencia obrera, de las luchas y de la organización de los trabajadores. Y el error existe, de un lado, porque los ejemplos de luchas sindicales inspiradas en el principio de transformación revolucionaria del capitalismo (con mayor o menor nivel de teorización) son muchos: huelga de mineros en Oldham (Inglaterra) llevada por la Asociación Nacional para la Protección del Trabajo en 1831; persecución y represión por la burguesía de los trabajadores de Tolpuddle (Inglaterra) en 1834 por difundir el sindicalismo entre los trabajadores agrícolas; aprobación en 1.Jul.l839 por los cartistas ingleses de la huelga general como forma de lucha política; Federación Nacional de Tipógrafos suiza, creada en 1858, de carácter típicamente revolucionaria anarquista; declaración favorable a la acción directa y a la huelga general en el Congreso de Asociaciones Obreras francesas en Burdeos en 1888, papel del sindicalismo en el proceso de transformación social para la CGT francesa en la primera época, plasmado en la Carta de Amiens de 1906; carácter anticapitalista y revolucionario de las distintas formas de organización sindical de la clase obrera española que desembocan en el anarco-sindicalismo (CNT) etc. etc. etc. Pero además, de otro lado, porque todas las ideologías que inspiran esta primera fase del movimiento sindicalista, propugnan de una u otra forma, con mayor o menor grado de compromiso en la práctica, pero como alternativa fundamental de la clase obrera, la transformación de la sociedad capitalista en una organización social de carácter socialista. El historiador marxista H0BSBAWM describe este proceso inicial con estas palabras: "Lo nuevo en el movimiento obrero de la primera mitad del siglo XIX fue la conciencia de clase y los intereses de clase. Ya no eran los "pobres" los que se enfrentaban simplemente con los "ricos": una clase específica, la clase obrera, los obreros o el proletariado se enfrentaban con otra los patronos o capitalistas. La Revolución Francesa dio confianza a esta nueva clase; la revolución industrial imprimió en ella la necesidad de una movilización permanente. No se podía conseguir una existencia decente solamente por la protesta ocasional que servía para restablecer la balanza de la sociedad, estable, pero temporalmente alterada. Requería vigilancia continua, organización y actividad del "movimiento" -la unión sindical, asociación mutua o cooperativa, los periódicos y la agitación obrera-. Pero la novedad y rapidez del cambio social animaron a los obreros a pensar en una sociedad completamente cambiada, basada en sus experiencias e ideas opuestas a las de sus opresores. Sería cooperativa y no competitiva, colectivista y no individualista. Sería "socialista". Este sueño que siempre vive semiconsciente en los pobres, pero que solo despierta en los raros momentos de revolución social general. Pero ahora esta ordenación socialista debía ser una alternativa permanente y practicable frente a la burguesía". La teorización del reformismo socialista y de las transformaciones sociales gradualistas es muy posterior a la aparición y vigencia de los primeros socialismos (como género: socialismo utópico, anarquismo, socialismo científico) y se inicia históricamente con el revisionismo de la teoría marxista por Bernstein en los últimos años del siglo XIX. A partir de estas teorizaciones y de las prácticas políticas y sindicales que se articulan con aquéllas es, a nuestro entender, posible hablar (sin generalizar) de un sindicalismo obrero de carácter reformista, conciliador y de control de las acciones obreras por la transformación revolucionaria de la sociedad; pero sin olvidar que aún en esta etapa histórica quedará por delante mucha práctica revolucionaria en el sindicalismo obrero. En definitiva, creemos que la historia no puede ser objeto de análisis interesados y sectarios. Si queremos avanzar por el camino de la generalización de la conciencia y de la organización autónoma y revolucionaria de la clase obrera tenemos que ser rigurosos en nuestras valoraciones de la realidad. Decir que el materialismo histórico es la guía de nuestros análisis no debe ser simplemente un slogan, sino la consecuencia de una práctica teórica real. NUESTRAS EXPERIENCIAS SEAT PUNTA DE LANZA DEL CAPITALISMO ESPAÑOL CUANDO ESPAÑA SE RESFRÍA, LA SEAT ESTORNUDA En el número anterior de esta revista analizábamos la crisis del sistema desde dos de sus vertientes: la crisis económica y la crisis de dominación. Decíamos que en España la inflación adquiría cotas muy elevadas, el 20% previsto para 1974 ha sido rebasado con mucho a pesar de que oficialmente no se reconoce más que el 14%. Igualmente los índices de desempleo han iniciado una subida vertiginosa, el paro masivo del sector de la construcción se ha añadido a la reducción de la jornada real de trabajo (supresión de horas extras); la crisis en el sector lanero, textil, agrícola, etc. se ha hecho crónicas. Dentro de este contexto de crisis que una vez más se pretende que paguen los trabajadores es en el que se ha desarrollado la ola de huelgas y luchas de la clase obrera española los últimos meses. Han sido masivas las huelgas en el País Vasco, Pamplona, Bajo Llobregat y Barcelona. Una de las luchas que recoge los distintos aspectos que caracterizan a la lucha de la clase obrera hoy, es la de la SEAT. Si bien ciertos aspectos han sido más desarrollados que otros debido al momento histórico y a las fuerzas en presencia. La SEAT nace en España durante los años de la autarquía, con capital nacional más una simbólica aportación económica de la FIAT, que hoy se traduce en casi un tercio de las acciones de la empresa. Durante los años de gran expansión de la industria del automóvil, la FIAT tuvo especial interés en que la SEAT llegara a altos índices de producción e incluso le brindó facilidades de cara a colocar su producción en los mercados extranjeros, dado que el trabajo de los obreros españoles era más barato que el de los obreros italianos, y la situación política en España hacía de la clase obrera una masa dócil y rentable. Es interesante ver a partir de este, el paralelismo que existe entre la postura de la SEAT y la FIAT con respecto a la forma de provocar y enfrentarse al conflicto, claro está teniendo en cuenta las diferencias políticas de uno y otro país. El 4 de octubre la dirección de la FIAT anunciaba que 71.000 trabajadores (65.000 de la FIAT y 6.000 de la LANCIA) de un total de 210.000 se verían obligados a parar 2 días a la serrana durante el período comprendido desde octubre de 1974 a enero de 1975. La FIAT Hispania S.A., a causa de los conflictos laborales de la segunda quincena de octubre, impuso sanciones muy graves a 75 trabajadores que pedían 3.000 ptas. más igual para todos. Posteriormente se llegó a un acuerdo, se retiran las sanciones y se concede un aumento de 1.300 ptas. para todos. En ambos casos se argumenta que el problema es debido a la crisis, llegando a decirse en el primer caso que de esta forma "sólo perdería cada obrero, unas 200 ptas. a la semana". EN RODAJE SEAT, la mayor concentración española de obreros, ha sido siempre el reflejo del grado de lucha de la clase obrera en Cataluña. En el año 1968 con la lucha de la cadena del "850" contra los abusivos cronometrajes, fueron despedidos 350 trabajadores. Esta experiencia de lucha cuando se forjaban las primeras organizaciones serias dentro de la empresa, junto con el control y la represión casi militar que existe dentro de la empresa, impidió que durante mucho tiempo SEAT cumpliese el papel de empresa piloto que todas las organizaciones obreras le asignaban. Todas las grandes luchas obreras que durante los últimos tiempos han habido en Barcelona, han intentado que un deseo se hiciese realidad; ¡¡ Si la SEAT saltase ahora...!! Así las huelgas de la Maquinista, las de Harry Walker, Macosa, Baix Llobregat han intentado unir a la SEAT a su lucha como arma de triunfo "seguro", sin conseguirlo. UN MOTOR DE EXPLOSIÓN En 1971, con motivo de las elecciones sindicales, representantes de las CCOO salen elegidos jurados. A partir del mes de junio de 1971 se inicia una gran campaña reivindicativa que culmina el 18 de octubre con la ocupación de la fabrica, donde se da un violento enfrentamiento con la policía, la cual empleó todos sus modernos efectivos (Policía especial de Valladolid, helicóptero que arrojaba granadas lacrimógenas, coches cisterna, caballería etc.). Los trabajadores se defienden con tuercas, herramientas, mangueras de vapor, cubos de aceite contra los caballos etc. En el enfrentamiento es asesinado Antonio Ruiz Villalba. Al fin la factoría es desalojada. El paro duró 15 días. El balance es el siguiente, 150 despedidos entre ellos los jurados más combativos, 80 detenidos y el convenio al Laudo. Durante 1972 a pesar de las huelgas que se desencadenan por toda España (Citroen en Vigo, el Ferrol) no hay demasiado ambiente de lucha hasta el mes octubre. A partir del día 18, 1o aniversario de la muerte de Ruiz Villalba se comienza a reivindicar las mejoras para el séptimo convenio. Las mejoras obtenidas son notables. En 1973 en solidaridad con las luchas de la Térmica se dan varios paros generalizados. En marzo, el aumento de las cuotas de la Seguridad Social provoca una semana de paro total con cierre de la empresa y 37 despedidos. En 1974 se empieza con un gran aumento a nivel económico. En enero aumenta la empresa los salarios en un 21,3% y en julio un 11%. Antes de ve rano hay varias acciones en solidaridad con Elsa y Solvay (ver LUCHA Y TEORÍA nº 2). En todas las acciones se plantea la readmisión de los despedidos. SAN CUGAT, SUMA Y SIGUE Hasta que el 6 de octubre, casi en la víspera del 3° aniversario de la muerte de Ruiz Villalba son detenidos en una Asamblea en San Cugat, 47 obreros de la SEAT cuando estaban discutiendo cómo abordar la lucha en el convenio colectivo; esto es el principio, al día siguiente unos 8.000 obreros se declaran en huelga en solidaridad con los detenidos y piden inmediatamente su libertad, ademas de las reivindicaciones de su plataforma: - 40 horas semanales. - Un mes de vacaciones en verano y 10 días en Navidad. - Jubilación a los 50 años. - 75% del rendimiento con prima fija de 3.000 ptas. El, día 18 es el día de la jornada de lucha en el 4° aniversario. Gran número de trabajadores acuden al trabajo con brazaletes negros. En todos los talleres realizan alguna hora de paro. En el taller 7 se organiza una manifestación llevando un ataúd. La táctica de la empresa es integrar este tipo de acciones y decreta mediante una nota en el cartel de anuncios hacer diez minutos de paro en memoria de Ruiz Villalba. Las deliberaciones del convenio previsto para el 30 de octubre y prolongadas a intención de la empresa hasta el 8 de noviembre, hace que el ánimo de la lucha se vea más agudizado por esta maniobra y así los paros y bajos rendimientos que prácticamente no habían cesado desde el día 5, continúen con más fuerza. LA CRISIS COMO ARMA Al mismo tiempo empiezan a circular por la factoría rumores de una reducción de plantilla que se confirma el día 5 de noviembre cuando la empresa cuelga un papel en el que dice que dada la crisis de la empresa será necesario reducir la jornada laboral de los próximos 4 meses en 39 días. A todos los trabajadores extraña esta medida cuando más de 700 de ellos tienen que hacer horas extras para poder cubrir la producción. Ante esta descarada maniobra de la empresa utilizada para intimidar a los trabajadores y neutralizar sus posibles acciones de cara a la negociación del convenio, éstos, respondieron de manera contundente y al día siguiente (día 6) el paro era prácticamente total en la factoría. El paro se prolonga en los días sucesivos, incorporándose por primera vez a la historia de la lucha de la SEAT los administrativos. Ante la situación de constante Asamblea que existe en los talleres, la empresa decide el día 9 aplicar el lock-out hasta el día 18. Durante los días siguientes miles de obreros de SEAT recorrieron el centro de Barcelona en ropa de trabajo. Todas sus gestiones en principio fueron conseguir salas en Sindicatos para reunirse; ni que decir tiene que las fuerzas de la policía armada los rechazó porra en ristre. Las gestiones para conseguir la Plaza de toros y poder allí celebrar una Asamblea tampoco surtieron el resultado apetecido. Toda la actividad de aquella impresionante masa de trabajadores que en ocasiones pasaban de 4.000 se limitaba a recorrer cada día el centro de la ciudad en una interminable peregrinación a ningún sitio. LA EXTENSIÓN DE LA LUCHA COMO RESPUESTA Cierto es reconocer que por las tardes se celebraban asambleas en los barrios obreros, se procuró informar a las distintas asambleas de vecinos pero en general salvo en los últimos días en que se fue por parte de algunos piquetes a recabar la solidaridad de Hispano Olivetti, Siemens y algunas otras empresas, la lucha en general permaneció en esta primera parte aislada porque "no se pretendía convocar la huelga general a partir del cinturón: industrial sino informar a la opinión pública". Uno de los acontecimientos más importantes en este período consistió en la elección de los 110 delegados elegidos democráticamente en una Asamblea de 8.000 trabajadores el lunes día 11 y que sería el organismo á través del cual se continuó el proceso de lucha legal. Ese mismo día en una asamblea de la plaza Cataluña, la policía detiene a 3 trabajadores y disuelve la concentración con gases lacrimógenos. Este hecho agudizó las condiciones y varió ligeramente la táctica de los grupos en presencia. A partir de entonces comenzaron a potenciar más las asambleas en los barrios obreros y las marchas hacia las empresas en lucha. En Verdún conminan a tres sociales para que abandonen la Asamblea. Al intentar éstos resistir con las armas, los trabajadores se abalanzaron sobre ellos, resultando los tres heridos, uno de gravedad. Mientras se desarrollaban esta serie de acontecimientos, la Delegación de Trabajo, el jueves día 14 aprueba la regulación. Son declarados válidos los 39 días de suspensión de trabajo y las condiciones económicas quedan muy por debajo de las reivindicaciones de los trabajadores, con el laudo. El domingo 17, víspera de la incorporación al trabajo, se convocó una manifestación a la una del mediodía delante de la Catedral, que coincidiría con el acto de entrega de las firmas para la campaña pro-amnistía, organizada por Justicia y Paz. Se congregaron de once a quince mil personas, practicándose numerosas detenciones y durando la persecución de la policía por las Ramblas y calles adyacentes, más de 3 horas. El día 18 se reincorporaron todos los obreros. EL PAPEL DE LAS ASAMBLEAS La euforia y la combatividad es elevada; por primera vez toda la plantilla de SEAT es partícipe y protagonista del conflicto. Oficinistas, técnicos, mandos intermedios, actúan de forma solidaria en el proceso de lucha. Así la incorporación al trabajo fue también la incorporación a la discusión diaria. Cada día se hacían Asambleas con megáfonos en las que se discutían los más variados temas: así la actualidad en Grecia, Portugal, Etiopía, la Seguridad Social y otros temas son discutidos cada día. Se lee la prensa diaria y se analizan las hojas que llegan a la Asamblea, entre ellas las firmadas por la policía con las siglas de 0EA (Obreros y Empleados Anticomunistas). Pero no obstante lo que absorbe más tiempo son las discusiones sobre la anulación de las sanciones y el laudo y la reanudación de las negociaciones de los 18 puntos. Para ello pedían la dimisión de los Jurados y el reconocimiento de los 50 representantes que siguiendo la tónica de la elección en Asamblea de los 110 en el mes de noviembre, serían elegidos en Asamblea y revocables en cualquier momento por la misma. A lo largo de todo el mes de diciembre, las asambleas fueron aumentando de duración hasta el extremo de que la jornada de trabajo transcurría en Asamblea permanente. La empresa decide finalmente sancionar a toda la plantilla desde el día 8 de enero hasta el 14; despedirá a 350 trabajadores e incoará expediente a 13 enlaces y jurados. De nuevo la lucha se sitúa en la calle, pero ahora si bien continúan las manifestaciones a Sindicatos y por la calle, son superadas por las acciones conjuntas con otras empresas y los intentos de extender la lucha a otras en conflicto. Más de 1000 trabajadores de SEAT se trasladaron a la factoría de Hispano Olivetti, para intentar que los compañeros que se encontraban en paro se uniesen a ellos. Pero el intento fue abortado por una violenta carga de la policía, llegando la persecución hasta el extremo de ir a buscar a la gente que se había refugiado en los pisos de las calles adyacentes. Los obreros intentaron el enfrentamiento y uno de ellos resultó herido de dos balas. La empresa LAVIS que también se hallaba en paro, recabó la ayuda de los compañeros de SEAT, que junto a los despedidos de aquella empresa y grupos de estudiantes entraron en los locales de la calle Bagur, parando la factoría arrasando prácticamente toda la nave y arrancando los teléfonos. La lucha no queda sólo en el marco de la empresa: varias familias ocupan 72 viviendas de la cooperativa de la SEAT. El día 12, domingo en que se jugaba un partido de fútbol entre el Barcelona y el Zaragoza, se convocó una manifestación a las puertas del campo con intención de arrastrar a la misma a todos los espectadores; ésto no fue posible. La manifestación había sido potenciada fundamentalmente por estudiantes, siendo la intervención de la policía, especialmente violenta. A TRABAJOS FORZADOS El día 15, fin de esta etapa de la lucha, los obreros entraron a trabajar de nuevo. Lo que sentían en aquellos momentos los trabajadores y compañeros de SEAT quedó claramente reflejado en el escrito que reproducimos textualmente del "Diario de un obrero de SEAT": "...-Día 15-. Cogí el autocar de SEAT en la plaza España, de pronto vi a los grises con su característico casco gris y cuando llegué a la fábrica había un gran cordón de grises. No los pude contar, pero según me informaron más tarde, habría unos 3000, ¡muchos, compañeros! Todos armados como los soldados que van a emprender una batalla; en las puertas de la entrada grandes masas de obreros que íbamos uno por uno bajo la mirada del policía y vigilante, dentro de los talleres también habían muchísimos policías que nos ordenaban: "A vuestros puestos de trabajo", esos vigilantes llevaban grandes listas de los que tenían que entrar. Todos nosotros somos conscientes de esos desagradables actos ante un cuerpo que llaman "orden público" y sentirnos profundo dolor de nuestros compañeros despedidos y mucha rabia impotente de los que están en la cárcel, unicamente por luchar igual que nosotros. Sí tú te encuentras en esta situación a las 5 y medía de la mañana, rodeado de policías que te miran como perros rabiosos, sentirás la angustia e ideas que te es imposible gritar a los cuatro vientos con la cantidad de soplones que hay. Pero yo te aseguro que algún día, muchos,... sí, muchos se arrepentirán. VALORACIÓN DE LA LUCHA Para poder calibrar el valor de cada parte del proceso de lucha de la SEAT es importante definir el papel que han jugado cada una de las fuerzas presentes, así como la situación en la que se encontraban. Por una parte se encuentran el dúo Empresa-Estado. La empresa manifiesta en varias ocasiones su deseo de pactar con las fuerzas vivas y reales de los trabajadores", pero... debe ceñirse a lo legal. Durante el primer periodo de lucha la empresa no interfiere con demasiada dureza en la Asamblea, hasta que una nota de Gobernación "hace a la empresa responsable de las asambleas dentro de la fábrica". Por otra parte durante toda la lucha la empresa no ha cesado de argumentar la situación de debilidad económica en la que se encuentra a causa de la crisis. Analizando estos puntos y comparándolos con las noticias que dan los diarios sobre las contradicciones en las que actualmente se encuentran las clases dominantes no nos es difícil ver la vinculación que existe entre Empresariado-Estado. Cada vez más el estado se encuentra en la necesidad de habilitar nuevos cauces de discusión, para poder integrar con mayor eficacia las luchas de la Clase Obrera. La Organización Sindical ya no sirve y, en un último esfuerzo de camaleón para adaptarse a las circunstancias, genera hombres-puente como Socías Humbert, capaz de pactar con los "partidos de la clase obrera" sin abandonar su posición dentro del sistema. Pero si el bloque dominante nunca ha sido homogéneo, en las actuales circunstancias de inminente apertura los elementos fuertes no se deciden a dar un paso que les podría llevar a perder muchas de sus posiciones. En esta situación de nadar entre dos aguas, la izquierda oficial busca el punto por donde incidir de una forma efectiva en la próxima etapa histórica. La crisis que a todos los niveles está sufriendo el sistema empuja de una forma objetiva al Movimiento Obrero a radicalizarse más en sus luchas; y por otra parte, empuja al capitalismo a acentuar la explotación para resarcirse de la crisis con las menos pérdidas posibles. Así, la empresa, utiliza en principio los mismo argumentos que el Gobierno; en primer lugar para negarse a conceder las reivindicaciones de los trabajadores, y en segundo lugar para aumentar los precios. El argumento es el mismo: la crisis. La empresa "quisiera encontrar los cauces de diálogo", el Estado también. La empresa optaría por "las fuerzas vivas reales". El Estado todavía no se ha decidido y de momento se niega a aceptar las decisiones de la empresa "haciéndola responsable de las Asambleas". Pero cuando las cosas van a mayores, la empresa y el Estado (policía) aparecen unidos y fusionados, como ocurrió el día 15 a la hora de entrar en la fábrica. Una vez tomada conciencia de la necesidad del cambio y de encontrar soluciones viables, aparecen los "mercaderes de remedios" con sus ungüentos y potingues. El aparato burocrático de las CC.OO. dominadas, por el P.C., aparecen como el futuro sindicato de clase, capaz de encuadrar e integrar todo tipo de lucha, presentándose el P.C., y similares como las únicas organizaciones capaces de controlar y dirigir a la clase obrera. Y esta solución... no la venden "ni por cuatro ni por tres, ni por dos, sólo por una, señores!. Sí, para esto no hace falta ni la revolución socialista, ni la república popular, ni la república democrática, ¡con las libertades democrático-burguesas es suficiente, señores, por ese precio vendernos la solución¡". Para estos mercachifles que ofrecen soluciones al sistema, la clase obrera no es más que la materia prima de sus mercancías. En la medida en que sean capaces de demostrar su mayor capacidad para controlar y dirigir el movimiento obrero, estarán en mejor posición para poner un alto precio. Esto quedó bastante claro en el tipo de manifestaciones que los primeros días de lucha tuvieron lugar en Diagonal y Ramblas. El más perfecto orden reinaba en las mismas, se respetaban los semáforos, se marchaba por las aceras y como bandera se ostentaba el mono azul de la SEAT. Daba pena contemplar todo aquel potencial revolucionario comportándose como un rebaño al que vigilaban pastores y lobos. Las asambleas también merecen capítulo aparte; a la visión triunfalista dada por CAMBIO 16 y otras revistas similares, se opone la valoración de los trabajadores quienes aseguren que en la Asamblea solo hablaban los "consigneros" de los distintos grupos y la única opción que tenían los trabajadores era la de decir sí, o no. Sirva de ejemplo que la "elección democrática" de los 110 representantes se llevó a cabo en una asamblea a petición de uno de los "consigneros" que iba nombrando uno a uno a los que é1 consideraba más aptos para cumplir las funciones de representantes, sin intervenir para nada la opinión de los talleres. Pero por suerte había también otro tipo de Asambleas aparte de las "oficiales", en éstas se discutía de todo, desde problemas de política internacional a problemas de barrio. Por supuesto las conclusiones no eran de ir a manifestarse de cara a la opinión pública, de ahí salieron las de que en caso de nuevas sanciones y dificultades económicas asaltar los supermercados o entrar en empresas en lucha y sacar a los trabajadores parando las máquinas. El gran esfuerzo de los grupos políticos leninistas no fue en ningún momento a elevar el nivel de combatividad y lucha de la clase y mucho menos elevar su conciencia política; siempre intentaron reducir la lucha a unas puras reivindicaciones económicas vacías de todo contenido político de clase, aunque no se pueda decir despolitizadas, pues realmente sí respondían a los interese de los grupos que no se hartaron de hablar con el gobernador, el obispo y de más jerarcas, como si la lucha de los trabajadores de SEAT pretendiese más la adhesión de las jerarquías que la de la propia clase. Finalmente en el juicio de Magistratura, todos los trabajadores que presentaron la demanda a través de los abogados laboralistas fueron despedidos sin indemnización mientras que los que lo hicieron a través de la Organización Sindical, sí la obtuvieron, ¡para más recochineo! A MODO DE CONCLUSIÓN 1. Constatar la gran combatividad obrera y en cambio la baja consciencia política, hecho que se repite en la mayoría de las luchas que se vienen sucediendo. Esta situación permite toda clase de dirigismos que conducen en definitiva a la utilización política (por fuerzas reformistas) de la lucha de la clase obrera. Sólo la extensión al máximo de la consciencia de clase mediante una alternativa de lucha global, que supere la falsa y nefasta separación de lo político y lo económico, podrá abrir un camino revolucionario. Y el primer paso, es comprender que ésta separación entre lo económico (sindicato) y lo político (partido) interesa únicamente a la burguesía y a las burocracias de cualquier tipo. 2. Una autocrítica de la tendencia autonomista que todavía no ha sabido articular sobre y a partir de las reivindicaciones inmediatas una verdadera política de clase. Una política que permita utilizar la crisis del capitalismo, para unificar al proletariado, (avanzando en conciencia política y en organización) acercando el día de la revolución socialista. 3. Señalar que en la SEAT no existe consolidación ni estructuración de la autonomía a pesar de que en dicha empresa se han vivido luchas cuyo contenido y forma eran realmente avanzados. Es un motivo de reflexión. Sin embarqo tampoco debemos silenciar que la búsqueda de una expresión autónoma de la clase ha existido en esta última lucha. Las asambleas NO dirigidas, ciertos piquetes de extensión y sobre todo la plataforma (hecha por un grupo de obreros independientes), que pedía 3500 ptas. de aumento IGUAL PARATODAS LAS CATEGORÍAS, y que fué firmada por 15000 obreros (la plataforma del P.C. y sucedáneos obtuvo 5000 adhesiones). Esta reivindicación igualitaria, tiene una gran importancia ya que rompe la relación "a más productividad más salario", base del capitalismo. Es por tanto un ataque a la estructura del salario y marca la base material de unificación real del proletariado. AFILANDO LAS ARMAS LA CRISIS SOCIAL ¿QUÉ QUIERE DECIR SOCIAL? "Social" es una palabra que todo el mundo utiliza como cajón do sastre, es decir, como recipiente donde se echan las cosas más variadas. Por ejemplo, los curas bautizaron la lucha de clases como "cuestión social". La policía que dirige nuestra represión se llama "Brigada Social". (Los "sociales" para los amigos). Nosotros le vamos a dar el apellido de "social" a una serie de aspectos de la actual crisis del capitalismo avanzado. Es decir, que también vamos ha echar cosas al "cajón de sastre". Pero no hay que pensar que por tratarse de un cajón de sastre, lo que vamos a echar son meros "retales". Antes al contrario, tenemos la seguridad de que hay cuestiones de máxima importancia (para nosotros en un sentido y para el capitalismo en otro) que no entran en los demás aspectos de la crisis (económico, político, etc. ). Pero "ojito". Decir que son aspectos distintos, no quiere decir aspectos independientes. La crisis es una y grande (como España). Lo que pasa es que sus causas sus características, sus internas, etc., son muy diversos. Como corresponde a un montaje tan complicado como el que nos ha tocado vivir. INVENTARIO DE LA CRISIS SOCIAL Decimos que en el "cajón de sastre" íbamos a meter cosas muy importantes. Echenos un vistazo por encima: Enfrentamiento de la clase obrera con la patronal y, hasta cierto punto, con las centrales sindicales que dicen representarla. Si prescindimos de la lucha política de la clase (la veremos al hablar de la crisis política), nos queda un amplísimo terreno en el que la clase obrera, se ha enfrentado directamente y a todos los niveles a sus enemigos de clase. Pues bien, en los últimos veinte años, el capitalismo y toda la tira de falsos científicos a su servicio se han esforzado por crear la idea de que se había entrado en una etapa de "paz social". La lucha de clases ya no era tal, sino "cuestiones de relaciones laborales e industriales". Y lo más grave es que muchas centrales sindicales europeas y americanas se han prestado al juego. Y las que no, han tenido fuertes tentaciones de hacerlo. La reacción de la base, su rebeldía, su enfrentamiento cor unos y otros, están haciendo temblar hoy en día un edificio tan "armonioso" y "científicamente" construido. El desquiciamiento total de la enseñanza. La educación que todos anhelamos y reclamamos y que se recibe a través del sector social de la enseñanza, no es más que el principal canal de transmisión de la ideología de la clase dominante. La enseñanza cumple también el papel de reproductora de la fuerza de trabajo (como la comida que comemos) cada día, ni más ni menos), y el de suministrar a las sucesivas generaciones de miembros de la clase dirigente (y a los correspondientes "pelotas de clase", que esto no tan solo se da en la oficina siniestra) los conocimientos necesarios para intentar perpetuar la explotación. Que este aparato es necesario e importante para la clase capitalista es algo que está fuera de dudas. Y sin embargo, desde hace unos años no solo está funcionando de una manera absolutamente irregular, sino que en su interior se está produciendo y reproduciendo una situación crítica radical al sistema, que en ocasiones actúa como espoleta de enfrentamientos mucho más serios y profundos (Mayo 1968, Francia) y en otras ocasiones se coloca por delante de la clase obrera más o menos instalada (USA). La juventud, el recambio necesario de masas de productores-consumidores, se desentiende, cada vez en mayor medida y número, del tinglado social y adopta, en buena parte, actitudes de huída y rechazo, actitudes escapistas. Es muy probable que estas actitudes no signifiquen un choque frontal con el sistema, ni que tengan una solución de recambio mínimamente viable. Pero su negación del sistema es tan profunda y radical, que sin duda puede verse en esa dirección y cualquiera que sea la forma adoptada es tanto el síntoma de la descomposición capitalista, como uno de los "talones de Aquiles" del tinglado. La civilización urbana, que en un momento dado pudo significar una corriente de aire fresco en un ambiente dominado por el caciquismo y por la moral puritana, está llegando al borde del colapso. El monstruoso amasijo de viviendas-nicho, televisores, automóviles, personas, polución, está llegando al techo de su capacidad de opresión. La familia, pequeña célula de convivencia social, hecha a la imagen y semejanza de la sociedad opresora y complemento del aparato enseñante en el proceso de moldear y domar a las nuevas generaciones, también hace aguas por todas partes. Ya no es una crisis de autoridad o de obediencia, como se bautizó hasta hace poco la situación. Es más bien una crisis en profundidad que se desarrolla ante la perplejidad de los actores del drama que frecuentemente, no comprenden que son arrastrados por una onda muy amplia y que, por lo tanto, intentan afrontar la situación con paños calientes y bandazos entre posiciones opuestas. Este rápido inventario es más que suficiente para probar que estamos en un momento en el que se están manifestando rápidos y profundos cambios en la mayoría de las dimensiones de la vida social del hombre. Por tanto, no será necesario estudiar en detalle todos los aspectos de la actual crisis social, aunque sí lo haremos en algunos de ellos. Dejaremos al margen cuestiones tales como el hundimiento de los tabúes sexuales, o el duro panorama de las personas mayores, de nuestros viejos, marginados de la sociedad cuando aun podrían y querrían seguir siendo útiles, etc. Por contra incluiremos, por su significación histórica, un aspecto no enumerado en nuestro inventario: el de la corrupción presente en todos los niveles, síntoma evidentísimo del estado de descomposición del sistema. LO PECULIAR DE LA SITUACIÓN ESPAÑOLA En ningún momento debe perderse de vista que estamos estudiando los síntomas y aspectos de una crisis generalizada del capitalismo y, sobre todo, del capitalismo avanzado (que arrastrará al otro). El caso español tiene muchos parecidos y algunas diferencias. Unos y otras, en cuanto a grado, dependen de dos situaciones especiales nuestras; el grado de desarrollo de "nuestro" capitalismo que, si bien está relativamente cerca del italiano, está aún muy lejos del alemán o del americano; y también la influencia de nuestra historia reciente, con la aniquilación de de los partidos y sindicatos obreros, la represión continuada, etc. Es evidente que aún es prematuro hablar de huelgas "salvajes" ya que, de hecho todas lo son. Sin embargo es importante señalar que es mucho más lo que nos iguala que lo que nos diferencia. En este terreno y no por casualidad, pasa lo mismo que con lo de las libertades democráticas tan traídas últimamente a la prensa por los europeístas españoles: "Spain es sólo un poquito different" . Y está a la vuelta de la esquina el momento en que, por poner un ejemplo gráfico los democristianos serán de derechas y no salvadores del pueblo como algunos interesados quieren hacernos tragar. LAS LUCHAS OBRERAS En los últimos años las luchas obreras han roto, con unos planteamientos nuevos y con una virulencia desconocida desde hace tiempo, las esperanzas de paz social que se había formado el capitalismo y la llamada tecnoestructura. Ha cambiado tanto la estrategia y táctica de las luchas como los objetivos perseguidos por las mismas. Ahora se habla de huelgas con ocupación, de huelgas de hostigamiento, de control de los ritmos de trabajo, de acciones de información pública, de huelgas de celo, etc., etc. Parece como si se hubiera desatado la imaginación de la clase. Puestos a destacar merece llamarse la atención sobre dos cuestiones muy relacionadas: la ocupación de fábricas con control directo de los medios de producción por parte de los obreros y la presencia de muchas reivindicaciones cualitativas que tienden a arrebatar parcelas de poder a los capitalistas, tanto en la empresa como fuera de ella. Una revisión de la historia del movimiento obrero revela una clara evolución de las organizaciones de masas desde una actitud revolucionaria y de acción directa hasta unos montajaes burocráticos y centralizados (a imagen y semejanza del propio Estado), con actitudes claramente pactistas y casi nulo impulso a la acción sindical. Estos montajes y actitudes, presentes en mayor o menor grado en todos los países de capitalismo avanzado, han supuesto, en la mayoría de los casos, una clara ruptura con la base obrera, que ha reaccionado tomando la dirección de las acciones, planteando las reivindicaciones a un nivel inteligible y relacionado directamente con su situación diaria en el trabajo y fuera de él y, finalmente, creando embriones de auténticas organizaciones de clase que se intentan coordinar entre sí. Tal es el sentido de la aparición por todas partes de huelgas "salvajes". Ciertamente que el fenómeno no es nuevo. Pero sí lo es su amplitud y a algunas de sus características principales, tales como la profunda dimensión política de algunas acciones, la instauración de la democracia directa y la incidencia de las reivindicaciones cualitativas. Otro aspecto interesante de las actuales luchas obreras es el nacimiento de los embriones de organizaciones de clase que mencionábamos antes. Importa no confundirlos con la proliferación de grupúsculos ultraizquierdistas, en su mayoría de extracción pequeño-burguesa y que, salvo raras excepciones, cuentan ton muy poca audiencia en la base obrera. Nos referirnos, por el contrario, a grupos del estilo de los Comités unitartos de base (C.U.B.) italianos. Las características principales de la acción de estos grupos son: a) Rechazo de los reformismos, empezando por el sindical. b) Intento de llenar el vacío dejado por la falta de iniciativa de los sindicatos y de los partidos obreros. c) Oposición clara a las burocracias sindicales, pero sin abandonar la posibilidad de utilización de los propios sindicatos. d) Arraigo profundo de sus acciones en la base obrera. Para ello se parte de un análisis continuo de todas las dimensiones de la explotación. Las consecuencias son la elevación de conciencia de dicha base y el planteamiento de plataformas reivindicativas muy sentidas por los trabajadores. e) Alto grado de combatividad. Las luchas adquieren formas nuevas y durísimas. Entre tanto, capitalistas y sindicaleros clásicos se encuentran en una grave (para ellos) incertidumbre ante la nueva situación que, ciertamente, no esperaban. Los primeros intentan que los segundos hagan volver las ovejas al redil como si nada hubiera pasado. Pero ¿han pasado o no han pasado cosas? Esperemos a tener una visión más de conjunto para apuntar algunas conclusiones. LA CRISIS DE LA ENSEÑANZA Los gobiernos y los medios de difusión a disposición del capitalismo se cansaron de repetir miles de veces que la revuelta estudiantil obedecía al montaje de una campaña universal dirigida, se supone, desde Moscú. Efectivamente, la simultaneidad de la rebelión estudiantil en casi todos los países occidentales y el aparecido de sus manifestaciones se prestaban al montaje propagandístico. Hoy nadie (salvo algún "retrasado" ministro español) se atreve a mantener tales tesis. Entre otras razones, porque la crítica radical de los planteamientos de los estudiantes alcanza también a Moscú ya todo lo que representa. Tal vez una de las frases que mejor recoge la actual situación universitaria sea la siguiente, tomada de un manifiesto elaborado por un movimiento estudiantil de la Universidad de Nanterre (Francia): "Luchamos porque nos negamos a ser: maestros al servicio de la selectividad en la enseñanza cuyas víctimas son los hijos de las clases trabajadoras; sociólogos que buscan los argumentos para la consolidación del sistema; psicólogos cuyo cometido es preocuparse por los intereses empresariales y "conseguir" un buen comportamiento de los trabajadores; y científicos para que los productos obtenidos en la investigación solo sean utilizados en estricto provecho y beneficio de los industriales". La revuelta de los estudiantes es consecuencia directa de otras contradicciones del capitalismo (por ejemplo, la contradicción terrible que ha conducido en menos de sesenta años a dos guerras mundiales y que puede desencadenar una tercera). El capitalismo ha intentado por todos los medios que los estudiantes no "comprendan" y ha parcelado el saber en infinidad de superespecialidades, procurando que en ninguna de ellas se diera una visión de conjunto (salvo en los centros de élite, como los del Opus Dei, en los que se da una visión de la vida, de la historia y de la cultura apropiada para quienes van a ser dirigentes de la explotación. Pero ya no estamos en la Edad Media, la difusión de la cultura, de los hechos, de los conocimientos es imparable. La agilidad mental de la juventud, su capacidad de imaginación, su falta de instalación en el sistema -al menos provisional-, hacen inevitable que el economista se asome al abismo de la plusvalía o de las crisis, que el sociólogo descubra la lucha obrera y sus motivaciones, que el abogado sepa que hacer el amor fuera del matrimonio no solo no es un delito en otras sociedades, sino que está socialmente bien visto, o que el médico descubra que hay enfermedades de clase (como la silicosis). En definitva, esos profesionales en camino descubren, sin sentirla en sus carnes, la realidad de la lucha de clases. Lo más interesarte es la reacción positiva ante el descubrimiento de ese aspecto de la realidad: abandono, subversión, militancia, no colaboración, enfrentamiento radical, reconociéndose, casi siempre, que el protagonismo de la revolución no le corresponde más que a la clase obrera. No sería honrado dejar de reconocer dos hechos: - Primero, que el fenómeno no está generalizado, que muchos estudiantes ya llegan "instalados" a la universidad, mientras que otros muchos se instalan a poco de acabar sus estudios. - Segundo, que el fenómeno en nuestro país, a pesar de la enorme virulencia que ha adquirido, se está planteando unos objetivos mucho más limitados que podrían considerarse como entre tecnocráticos y democráticos. A parte de ciertas razones objetivas, hay que colocar en primer plano de las causas el abandono de actitudes revolucionarlas por parte de los grupos que inciden en la lucha en los centros de enseñanza. LA REBELIÓN DE LOS JÓVENES Este es, con seguridad, el fenómeno más ambiguo de los que estamos analizando. En parte porque los planteamientos ideológicos de los jóvenes no se traducen en general en una postura política clara. Y en parte, porque el sistema ha reaccionado frente a la rebelión juvenil, no con el enfrentamiento, sino intentando la integración y aprovechándose de ella. El fenómeno de la rebelión de los jóvenes comienza en los años 50 con las bandas juveniles de las que nuestros "gamberros" sólo son una pálida muestra: rechazan el orden y las gentes de orden, molestan, pero no van mucho más allá. El primer movimiento de auto-marginación surge a finales de los 50, (La "vuelta al mundo sin una perra gorda" de un austríaco que pedía dinero en las Ramblas, por aquel entonces). Marginación, individualismo, desprecio del sistema. Con un sentimiento más comunitario aparecen después los "beatniks": espíritu de comunismo primitivo, de clan, interés paralelo por las religiones orientales y por la revolución sexual. Pero sin duda, el movimiento más extendido y arraigado ha sido el de los "hippies". También el más imitado. Millares seudohippies, de domingo y vacaciones, se extendieron por todas partes. Los hippies deciden desentenderse de la sociedad con intención de crear algo totalmente nuevo. Rechazan el mercantilismo, la hipocresía, la burocracia, las normas morales, la represión, la propaganda... es decir, toda la llamada civilización occidental cristiana, para vivir la vida en disfrute permanente de la naturaleza y de las personas ("Haz el amor...). De todas formas el movimiento más interesante fue el de los "provos" (provocar) europeos. Experimentan parecidos sentimientos que los anteriores, con relación a la sociedad occidental y en particular con relación al conformismo de las clases medias y trabajadoras instaladas. Pero no escapan de la sociedad de los anteriores, aunque tampoco pretenden hacer la revolución. En todo caso, contribuir a su preparación despertando a la gente media de su modorra consumista, "provocando" con sus acciones y actuaciones, desarrolladas frecuentemente en plena calle y, atrayéndose las iras de la policía. No cabe duda de que estos movimientos juveniles son muy diferentes en todos los sentidos, del movimiento obrero y del estudiantil. Pero por su amplitud su influencia y el carácter radical de su crítica, creemos que vale la pena su consideración como una manifestación más de la crisis social del capitalismo avanzado. OTROS ASPECTOS Tal vez no sería necesario profundizar en nuevos aspectos de esta crisis para empezar a sacar conclusiones acerca de la misma. Pero a causa de su especial carácter es conveniente analizar dos cuestiones más: la crisis de la civilización urbana y el ya señalado de la corrupción presente en todos los estamentos del sistema. Respecto a la primera, sus síntomas son tan evidentes que casi no hace falta ni mencionarlos: contaminación, ambiental, que está convirtiendo a las ciudades en inhabitables (sobre todo los barrios obreros "casualmente" situados en las zonas más contaminadas); transportes colectivos infrahumanos, que se toman al asalto en un claro desprecio (fomentado?) hacía los demás; ausencia de zonas verdes y de lugares de recreo y esparcimiento para chicos y grandes; mantenimiento de serias marginaciones (chabolas, prostitución, etc.); sentimiento de soledad en medio de una multitud insolidaria; enfermedades mentales; drogas para dar sentido a una vida que carece de él; etc. etc. El crimen social que supone esta situación que afecta a millones y millones de personas, no se podrá evaluar bien hasta que se tenga un poco más de prespectiva histórica. Pero sus magnitudes son, a poco que se piense, impresionantes. De ahí la importancia de señalar a sus responsables y beneficiarios, empezando por el gran capital que fuerza la concentración de las personas, entre otras razonas para montar la más desvergonzada y artificial campaña de enriquecimiento masivo -a costa de la explotación de la clase obrera— especulando con el suelo. Y siguiendo con el Estado que, a todos sus niveles, se ha convertido en cómplice descarado del expolio. Y aquí enlazamos con el último aspecto, el de la corrupción. Porque nos viene el ejemplo como anillo al dedo: ¿qué ha pasado si no con los Rosell, Espona, Porcioles y compañía? Estos son casi los peones del juego, meros aprendices. ¿Y Matesa, y Sofico? ¿Y el "Hilo Musical" del "demócrata" Barrera de Irimo? ¿Y la fuga de capitales, de cuya última escena el protagonista fue la nieta del "padrecito" de todos los españoles? ¿Y el escándalo Watergate? ¿Cuántos matesas, redondelas, watergates, etc... quedan aún por descubrir? ¿Cuántos inspectores de Hacienda, de Trabajo, de mercados, etc. hacen la vista gorda a cambio de un sobre idem.? El caso no es solamente español. Aquí es más grave a causa de la falta de medios para Investigar y cantar las verdades al aire. En general, es una consecuencia típica de la burocratización de la sociedad capitalista avanzada. Una manifestación más de la descomposición y de la crisis. VALORACIÓN Y CONCLUSIONES Vamos a sintetizar los diferentes aspectos de la crisis que hemos estudiado considerando sus principales características. Amplitud. Enorme. Sobretodo en los momentos "punta" y es previsible que los vaivenes que producen estos momentos sean cada vez más frecuentes. Sobretodo si se ahonda la crisis económica. Profundidad. Mayor que nunca. Cuesta pensar que persista mucho tiempo la división entre planteamientos economicistas (movimientos de masa) y políticos (partidos). Se cuestiona al sistema porque la gente ya sabe que el economicismo es una trampa. Planteamiento. Muy radical. Y ello es válido tanto para las nuevas luchas obreras o de barrios, como para el movimiento estudiantil y para la "huida" de amplias masas de jóvenes. En definitiva, que estamos ante un fenómeno difícilmente digerible. La agudización de las contradicciones internas del capitalismo le lleva a esta situación y le resta capacidad de maniobra. Al tiempo, esta situación agudiza dichas contradicciones estableciéndose una dialéctica de frecuencia cada vez más amplia que puede conducir a la superación histórica de la burguesía. En el fondo estamos ante nuevas manifestaciones del viejo fenómeno: la lucha de clase, la contradicción entre un desarrollo cada vez más social de las fuerzas productivas y la apropiación privada de este desarrollo. Efectivamente, la producción actual en cualquier rama (o en todas), es fundamentalmente social, es decir, fruto del trabajo simultáneo de millares de hombres. Pero al trabajo social de esos hombres se superponen los intereses contrapuestos entre sí de los poseedores de los medios de producción y de los estados que representan y defienden estos intereses. Ahí está el origen de todas las manifestaciones sociales de la crisis que acabamos de ver. El capitalismo no puede permitir que se articule la organización social de la producción, porque ello sería su propia desaparición. En consecuencia, no le queda más remedio que asumir su contradicción fundamental hasta el fin. Y de ahí también el que la superación verdadera del capitalismo burgués no pueda ser más que la revolución social, la que se basa en el hombre social colocado en el centro de la preparación y realización de la revolución. Ya no basta la revolución política y la toma del poder. El hombre nuevo desde ahora en sus luchas de barrios, en sus huelgas salvajes, en sus comités de base, etc., etc., está ya haciendo la REVOLUCIÓN SOCIAL. VIDA COTIDIANA POLÍTICA Y MODA “RETRO” En los últimos meses una "moda" triunfa en todos los países capitalistas desarrollados o semidesarrollados, con muy contadas excepciones: es la "moda retro". En todos los ámbitos de la cultura y de la vida cotidiana vemos ya manifestaciones de tal moda "retrospectiva": películas de moda como "El gran Gatsby", "Asesinato en el Oriente Exprés", "Chinatown" , Verano del 42", "Luna de papel", reposiciones y más reposiciones, etc. La moda en el vestir (faldas "maxi", capas, jerseys, cazadoras y trajes de los años 20, etc.), relanzamiento de las novelas de época, etc. etc. Y esta moda alcanza, como no, a la política y a la ideología: asistimos al relanzamiento de algo tan "retro", tan "retro" que algunos ya creían enterrado Girón y sus muchachos, Fragamanlis y su centro... se relanzan también ideologías cuyo cerrilismo hacía pensar que nunca podría volver a crecer (hitlerismo, fascismo mussoliniano, mitos de participación en la empresa...). Se relanzan formas de "diálogo" con la oposición como los cierres: cierre de Universidades, cierre de empresas (lock-out), etc. la lista de los etcéteras haría realmente interminable nuestro artículo. Ya sabemos que todo esto tiene unas justificaciones coyunturales: al igual que los capitalistas del sector textil intentan paliar su crisis promocionando trajes de los años veinte porque capas, pantalones anchos y faldas "maxi" consumen más tela que otros posibles modelos, la oligarquía reaccionaria española intenta paliar su crisis indudable, por un lado promocionando los "esperpentos asustadores" (Girón, Blas Piñar y sus respectivos muchachos) y por otro lado a los políticos de recambio, aunque alguno de ellos puede estar ya más recambiado que un "petrodolar": Arias Navarro, Fraga, etc. Pero además, hay que considerar otras motivaciones más profundas: El Modo de Producción Capitalista, o al menos nuestras formaciones economico-sociales, están hoy en una crisis evidente que vamos analizando en otras secciones de esta revista. Y esta crisis es global, afecta tanto a la base económica como a la superestructura (instituciones, formas de conciencia, ideología). ¿Dóde ha quedado aquél "pretendido control del futuro" que hace unos meses era pieza fundamental de la ideologÍa burguesa? Hoy todo es incertidumbre, temores, dudas, discusiones intercapitalistas... En estas condiciones sólo existen dos tipos de "salidas": o bien se proponen nuevas organizaciones sociales y económicas de forma creadora, imaginando algo nuevo y adaptándolo a la realidad, o bien se vuelve la mirada nostálgicamente atrás, intentando repetir etapas anteriores de la historia: fascismos, monarquías "new deal" yanki, etc. Lo malo para la clase capitalista es que parece cada vez más claro que una salida hacia adelante implicaría forzosamente la propiedad social de los medios de producción, alguna forma de socialismo avanzado. O lo que es lo mismo: su desaparición como tal clase social. Y ahí vienen sus nostálgicas miradas retrospectivas, sus nostálgicas miradas "hacia atrás" que difunde a toda la sociedad por su control sobre las formas de conciencia predominantes en nuestras formaciones socioeconómicas a través de los Aparatos Ideológicos del Estado y de la ideología dominante. La única proposición para el futuro que puede hacer la burguesía es la de "parches y más parches, mientras el caseto vaya tirando". La historia, esa chica tan voluble y subversiva que sólo se deja querer por la lucha de clases, se les escapa. De ahí su intento de "revival", de revivir anteriores momentos de gloria y esplendor... o incluso de anteriores momentos de crisis, pero crisis que logró superar, como la del 29 la Gran Depresión ("El gran Gatsby"). Pero hay un dato que no queremos dejar en el tintero: a través de su dominio sobre las formas de conciencia (entre ellas de la ideología), la burguesía posee importantes influencias incluso en su propia oposición. Y ahí tenernos a muchos grupos y personas de "izquierdas de toda la vida" haciendo su particular "revival", su particular moda "retro": nuevamente se vuelve a proclamar la "necesidad de ganarse a la pequeña burguesía", la necesidad para ello de "hacer concesiones políticas y suavizar reivindicaciones y lenguaje, no vaya a ser que precipitemos a estas capas sociales en brazos del fascismo,"... Se resucita nuevamente al fascismo, pero no como fenómeno histórico y enemigo de nuestras luchas, sino como verdadera obsesión y verdadero espantajo que los reformistas agitan ante nosotros para que "nos moderemos"... Se vuelve a hablar de Gobierno de Unidad Nacional y de "Reconciliación" y "cancelación de responsabilidades de la Guerra Civil". Determinados grupos burocráticos a la moda "retro" de la "unidad" concebida de tal forma que, como en épocas anteriores, solo puede ser la unidad con la burguesía en contra de la Revolución, etc., etc. He ahí la moda "retro" que han adoptado algunas izquierdas y que por ejemplo en España ha salido a la luz de la mano de algunos colaboradores de una revista de izquierdas tan prestigiosa como "Triunfo". Nosotros no podemos comulgar con sus ideas. Nos damos cuenta de que esta crisis del capitalismo coincide con una crisis de la izquierda, con una crisis de su propia oposición. Pero para nosotros ese no es un argumento para recular, sino todo lo contrario. Es el momento de lanzarse hacia adelante, hacia la creación de un mundo nuevo con nuevas y renovadas ideas y fuerzas con proposiciones, líneas políticas y prácticas creadoras. Con LUCHA y Teoría, en definitiva. Por eso a su nostálgica mirada " retro", nosotros oponemos la utopía revolucionaria, conscientes de que hoy comenzamos a estar en condiciones de hacer realidad esta utopía, este futuro. Ante la unidad con capas sociales decadentes y reaccionarias, como la pequeña burguesía, proclamamos el avance autónomo de la praxis y la teoría revolucionaria de las diversas capas interesadas en la Revolución Comunitarista y, ante todo, de la clase obrera. Ante la política de concesiones proclamamos nuestra línea de ganarse la simpatía de las masas mediante la novedad de nuestra praxis y la viabilidad de las soluciones colectivistas autogestionarias. Ante el fascismo como esperpento mediatizador, oponemos el estudio serio del fascismo y de las bases de todo régimen burgués, autoritario por un lado, y la práctica creadora, combativa, como forma de ganar adeptos por otro. Ante las políticas de "Gobierno de Unidad Nacional" y de "Reconciliación" proclamamos la necesidad de amplias depuraciones en todo el aparato de la Administración y del Estado, y de Tribunales Populares para determinar responsabilidades de la Guerra Civil. Ante la "unidad" de los burócratas de la izquierda, proponemos y practicamos la unidad de todos los revolucionarios en la práctica de clase autónoma y autogestioriaria. Ante las alianzas con la burguesía para paliar la crisis, proclamamos la necesidad de intensificar la guerra a la burguesía, aunque tal principio deba pasar por los necesarios reajustes tácticos y coyunturales... NUNCA UN MUNDO NUEVO HA SIDO CONSTRUIDO POR CANGREJOS. NOS PROCLAMAMOS OPUESTOS A TODA POLÍTICA CANGREJIL. Solo la relación dialéctica entre una teoría y una práctica creativas y combativas puede ser la punta de lanza de la Historia. ¡GUERRA PUES A LOS "CANGREJOS POLÍTICOS"! ENSEÑANZAS PRÁCTICAS EL CARTEL SERIGRAFIADO (POSTER) Muchos son los instrumentos de que puede servirse el militante para el trabajo de agitación. Uno de ellos es el cartel o "poster", hasta hoy muy poco usado en nuestros lares. El cartel tiene unas ventajas que no tienen otros medios de comunicación; ante todo señalaremos que es un medio de comunicación inmediata entre la gente, fuera de los esquemas tradicionales de la propaganda política. Su lectura está al alcance de todo el mundo por lo que es una forma de socializar la información, la idea o la lucha que se pretenda difundir a través de él. Creernos que puede ser un instrumento fundamental en la difusión de la lucha en el barrio, la fábrica, etc. Una de las fórmulas más idóneas de hacer carteles en serie es usando el método serigráfico. Pueden conseguirse soluciones muy interesantes y vistosas y no olvidemos que visualmente es como mejor se retienen las ideas. VENTAJAS DE LA SERIGRAFIA - Es bastante económica. - Los carteles son fáciles de hacer artesanalmente por un grupo de compañeros. - Los útiles a usar son fácilmente escamoteables y disimulables. - No se hace ruido trabajando, lo cual es muy importante dadas las condiciones de clandestinidad. - Produce un impacto el ver un cartel que por "primera vez" no es un anuncio de un coñac o desodorante. - Puede imprimirse sobre cualquier papel y no se precisan elementos complicados. EL MATERIAL Deberemos procurarnos un cristal plano y transparente de aproximadamente las medidas que deseamos tenga el "poster". Se construirá un bastidor o marco de madera mediante un listón de unos 4x3 cm. cuyas dimensiones interiores deberán ser algo superiores a las del cristal. (Fig. 1) Deberemos adquirir en una casa dedicada a material para las artes gráficas lo siguiente: - tela para serigrafía con una malla, de tipo medio de rylon o seda... - Un frasco de gelatina y el correspondiente sensibilizador. - Una espátula para repartir la tinta. - La tinta en el color o colores apropiados. Por otro lado deberemos, tener a mano una lámpara de unos 60 W. de color rojo, y una o varias lámparas normales hasta un total o más de 500 W. Por último adquirir en cualquier ferretería otra espátula de yesero. CÓMO EMPLEAR TODO ESTO Una vez construido el marco o bastidor se grapará la tela alrededor de forma que quede lo más tensa posible. Se cortarán los ribetes y para fijarlos colocar una cinta del tipo cel-lo Con ello tenemos preparada la pantalla, la cual con un buen uso puede durar para muchas otras aplicaciones. (ver fig. 2, ver que se parece mucho a la pantalla de la "vietnamita".) En el cristal habremos dibujado con una tinta que no deje pasar la luz el motivo que queramos imprimir. Si hay un texto largo, puede usarse letraset y para tamaños grandes letras de plástico (que venden en muchas papelerías) o incluso recortarlas nosotros mismos sirviéndonos del plástico conocido como Aironfix, lo cual resulta más económico. Puede también dibujarse sobre papel vegetal lo cual es muy cómodo y menos frágil que el cristal. En un cuarto oscuro (absolutamente) e iluminado por la lámpara roja empezaremos por mezclar la gelatina con el sensibilizador en las proporciones indicadas por el fabricante. Hay que hacer una buena mezcla procurando que ambos líquidos queden bien diluidos. Seguidamente derramar en la parte interna de la pantalla y sobre la tela. Con la ayuda de la espátula de yesero deberá repartirse bien la mezcla sobre la tela. Ayudándose siempre de la espátula deberá repartirse bien por ambas caras evitándose que queden lagunas así como empastes demasiado gordos. Si se ha echado demasiada gelatina es mejor tirar un poco con la espátula. Una vez hacha esta capa, deberemos secar la gelatina (siempre con la luz roja). Puede uno ayudarse y ganar tiempo disponiendo de un secador de pelo o de un convector de calefacción. Es muy importante que la capa de gelatina sea homogénea y esté completamente seca. En la parte externa de la pantalla colocaremos el cristal o la hoja de papel vegetal (que debe quedar muy pegada a la tela) y procederemos a la "insolación" mediante la lámpara(s) de 500 W. Esta insolación deberá hacerse a una distancia de unos 80 cm. y durante unos 10/12 minutos. Después de ello procederemos a sacar el negativo mediante agua, mejor bajo el chorro de la ducha. Intentaremos que el chorro del agua caiga directamente sobre el dibujo e incluso podemos ayudar un poco muy suavemente con las yemas de los dedos. Veremos como las partes que han sido expuestas a la luz permanecen duras al contrario de la parte pintada, en la cual la gelatina desaparece bajo una forma jabonosa. Comprobaremos que el motivo queda traspasado a la tela que una vez impregnada con la tinta, ésta fluirá por las partes donde la gelatina ha desaparecido. Dejar secar el agua (puede usarse así mismo el secador) y ya tendremos la pantalla a punto de impresión. IMPRESIÓN Es conveniente, para más comodidad y rapidez, tener la pantalla sujeta por una o dos bisagras a la mesa o plancha de madera que usemos de apoyo, para la impresión. Esta se hará vertiendo algo de tinta sobre la tela "(ver la figura) y dando una primera pasada hacia la parte superior y repasando hacia nosotros recogiendo la tinta en la parte inferior. Para la primera pasada deberá ponerse ya unos cuantos papeles para ser imprimidos, de forma que otro compañero levante el telar y saque el cartel impreso, vuelva a dejar el telar, hacer otra pasada hacia arriba otra hacia abajo, volver a levantar el telar etc. etc. RECOMENDACIONES Tanto al verter la gelatina, como la tinta no debe excederse en cantidades. Es preferible añadir posteriormente que no manejar una gran cantidad con lo que evitaremos derrames, suciedad y sobre todo dinero y tiempo. Para recuperar la pantalla deberemos limpiarla (verso y reverso) con aguarás. Es conveniente, después de la insolación, colocar unas tiras de papel engomado o cinta adhesiva (Cel-lo) un poco ancha, tal como indicamos en la fig. 4. VARIACIONES Naturalmente con este sistema se pueden hacer tiradas de varios colores en un mismo cartel, modificando cada vez la pantalla y repitiendo con el nuevo dibujo las operaciones citadas. Creemos que un cartel a dos colores puede ser fácilmente ejecutado una vez adquirida cierta práctica (los dibujos de un color y el texto de otro por ejemplo.).