NORMAS PRÁCTICAS A TENER EN CUENTA POR TODOS LOS MILITANTES DEL MOVIMIENTO OBRERO A todos los militantes de Comisiones Obreras. Si bien las C.0., como todo movimiento de masas, rechaza la clandestinididad, las especiales condiciones que vivimos en nuestro país exigen que extrememos al máximo las medidas de seguridad, para defender -contra la policía y los chivatos- nuestra incipiente organización. EN las empresas, que es nuestro terreno, la lucha debe de ser abierta, o no habrá lucha. Allí nos hemos de dar a conocer como lo que somos: militantes de C.O. Pero los órganos de dirección y coordinación deben de ser, mientras dure la situación actual, lo más protegidos posible. Ellos son los que la policía busca con más ahinco. Estas normas que siguen, intentan orientar a los militantes de C.O., especialmente a los más nuevos, para que no sean causa -por su poca esperiencia y por sus posibles imprudencias- de que la policía desorganice facilmente nuestro movimiento obrero. Léelas con atención y llévalas a la práctica. Por exageradas que te parezcan, toda precaución es poca. Piensa que hay decenas de policías cuya única misión es la de desorganizar el movimiento obrero. No les facilitemos la tarea. 1º MEDIDAS DE SEGURIDAD EN CASA - Papeles. Registro Te pueden registrar el domicilio en cualquier momento, cuando menos lo esperes. Tu casa no debe pues ser un depósito, archivo, etc. Más de dos ejemplares de una publicación clandestina es propaganda ilegal. Si te encuentran material clandestino en poca cantidad, tu única justificación, que no se creerán, es que te lo acabas de encontrar en el buzón. Salvo en estado de excepción, para poder registrarte necesitan un permiso judicial, que tienen obligación de enseñarte, pero que sólo lo harán si se lo pides. En él vienen consignadas las habitaciones que pueden registrar. Normalmente sólo será tu dormitorio y lugar de trabajo, despacho, salita, etc. Tienes derecho a la presencia de dos testigos, vecinos, porteros, etc., que atestigüen qué es lo que se llevan y que vigilen que la policía no introduzca material subversivo, acusándote luego de haberlo encontrado. Ningún rincón de la casa resiste un registro a fondo, aunque solo suelen hacerlo en casos muy graves. El material de partidos políticos es de mayor gravedad para la policía. El interrogatorio será mucho más duro, si te 1o encuentran. - Teléfono. Le es muy fácil, técnicamente, a la policía, controlar el teléfono. Nunca sabrás cuándo lo tienes o no controlado. Compórtate siempre como si te estuvieran escuchando. Suele ser por teléfono donde se cometen buena parte de errores. A un especialista le es fácil apreciar cuando una conversación no en normal y se convierte en algo "raro", sospechoso. Como la graban en cinta magnetofónica, tienen tiempo para estudiarla a fondo. Tienes que poder justificar por una relación normal .a toda persona que llames por teléfono. Las llamadas imprescindibles deben de realizarse siempre desde teléfonos públicos, procurando que no sean siempre los mismos. Lleva preparado lo que vas a decir, y habla despacio. De lo contrario se cometen errores. Nunca debe darse una cita completa por teléfono. Solo la hora. El resto debe de estar fijado de antemano. No dar nunca nombres por teléfono. - Correspondencia. También la correspondencia puede ser controlada, y en Correos hay funcionarios de la policía especializados. Además de las disposiciones generales anteriores, ten en cuenta que debe de ponerse un remite, para no salirse de la normalidad. Debe de ser falso, pero correspondiendo a una dirección legal (en el listín telefónico encontrarás muchas). Muchos sobres iguales llaman la atención. Utiliza buzones distintos. Para las cartas importantes el mejor buzón es el de las estaciones, ya que así se evita el control, de la central, aunque no el de la distribución. - Direcciones. Cae más gente en manos de la policía por agendas, archivos y notas con nombres y direcciones que nos encuentra encima o en casa, que por su propia investigación. La agenda solo debe contener el nombre de los amigos cuya amistad pueda justificarse fácilmente, de manera natural. Las más corrientes deben de aprenderse de memoria. Las que no, deben de anotarse en pequeños papeles que son fáciles de esconder y pueden tragarse en un momento de peligro. El peligro es que pueden olvidarse en un bolsillo. (No ponerlos entre las hojas de los libros, a menos de que tengas muchísimos, y aun así.) EN LAS REUNIONES No ir a ninguna reunión sin antes asegurarte bien de que no se es seguido, incluso los que son aparentemente conocidos de la policía. Es fácil darse cuenta de si se es seguido utilizando los medios de transporte, calles solitarias, cambio de rumbo, etc. sin poner cara de conspirador. Procura no llevar documentos comprometedores encima. Las notas en papeles pequeñísimos que puedan ser destruidos tan pronto como dejen de ser imprescindibles. Mientras estés en la reunión tu casa debe de estar completamente limpia, porque si te detienen no tienes tiempo de limpiarla. Las reuniones deberán empezar con toda puntualidad. Las entradas continuadas a un recinto llaman la atención. Lo mejor es entrar por grupos de dos o tres con breves intervalos. Y hacerlo con decisión y naturalidad. Las citas no deben de ser en lugares públicos de mucha concurrencia, por la dificultad en comprobar si se es seguido. Esperar más de 10 minutos empieza a ser peligroso. No citarse nunca en los finales de autobuses, tranvías o metros. Los sábados por la tarde y domingos por la mañana están siempre vigilados. Los otros días a veces. En toda reunión deberá prepararse la correspondiente coartada. Aunque sea muy absurda, se mantendrá por encima de todo. Una vez fuera del lugar, pase lo que pase, la reunión no se ha celebrado. Cada uno explicara como pueda su presencia en aquellos alrededores. En todo caso, nunca en las reuniones ha existido ordenador, ni persona que las dirija. La policía tiende a responsabilizar a alguien, que será el más perjudicado si hablas. Hay que evitarlo como sea. Todos hablábamos y opinábamos por un igual. Cómo me he enterado de la existencia de la reunión? Debe establecerse una coartada y mantenerse a toda costa. Ante una detención en la misma asamblea o reunión hay que mantener lo que se nos ocurra, por inverosímil que sea. "Es la primera vez que voy". "No conozco a nadie" "No se quien era el que más hablaba". "Creía que no tenía peligro alguno", etc. La salida de la asamblea o reunión debe de ser rápida, con pequeños intervalos y sin pararse en los alrededores, después de comprobar de que no hay nadie sospechoso. EN LAS ACCIONES Antes de hacer cualquier acción: La casa bien limpia de materiales comprometedores y direcciones. La coartada prevista. Conocimiento previo del terreno en el que se va actuar. Saber si hay vigilancia habitual (serenos, guardas, etc.) Preveer actuación en caso de peligro. En caso de ser cogido en una manifestación: "Pasaba por casualidad". Si te dan el alto tirando hojas, huye. La policía no dispara nunca contra un octavillero. Para tirar hojas hay que establecer una vigilancia, hacerlo de forma rápida, alejándose inmediatamente del lugar y sus alrededores. Si las tiras desde un vehículo, oculta la matricula. Un poco de barro basta y parece casual. En una pintada lo esencial es la vigilancia (uno pinta y dos vigilan) y la rapidez. Hay que establecer un contacto de seguridad (varias citas escalonadas en un lugar apartado del de la acción) para saber si alguien ha sido detenido. 2º LA DETENCIÓN Y EL INTERROGATORIO LA DETENCIÓN La detención en el domicilio suele ser de madrugada (de 1 a 3). El detenido se altera con más facilidad y es colocado ya en una situación de inferioridad sicológica. Te sacan de la cama, delante de tu mujer y de tu familia. Te humillan. A la detención suele acompañar un registro más o menos minucioso según la importancia que la policía conceda al detenido. (Ver las normas sobre registros). Si sabes o temes que vayan a buscarte, puedes esconderte. Esto solo es recomendable en caso de que tu responsabilidad sea máxima, de que te busquen por pertenecer a un partido político. Piénsalo bien antes de esconderte: pierdes el trabajo; no sabes lo que durará la anormalidad; es muy probable que cuando reaparezcas te cojan, en cuyo caso te prepararán un "recibimiento" especial. Si no eres un profesional de la subversión, no resistirás mucho tiempo el estar escondido. Pero si lo haces, hazlo bien y no comprometas a los que te acojen cometiendo imprudencias, asistiendo a reuniones, paseándote por las Ramblas, etc. EN COMISARIA AL llegar a comisaría, te toman la filiación y te registran y cachean. Te quitan el cinturón, la corbata (si llevas), las cerillas, los cordones de los zapatos, etc. Acto seguido te bajan a los calabozos. La celda no contiene más que un banco de piedra, sin manta ni colchoneta. (Puedes llevar una manta contigo). Las celdas son individuales, salvo en caso de exceso de personal. La comida es escasa y mala, pero puedes comprar bocadillos o recibirlos de el exterior, a través de tu familia. En cuanto llegues intenta ver si hay conocidos, pidiendo para ir al lavabo. Intenta comunicar con los posibles compañeros, con gestos, miradas, señas, etc, pero con cuidado de que no te vea el policía armada. Aprovecha tu estancia en la celda, antes del interrogatorio, para establecer una coartada lo más lógica posible, pensando en todas las preguntas que pueden hacerte y preparando tus respuestas a cada una de ellas. Es como una partida de ajedrez. No hay que dejar nada al azar, ni a la improvisación, Vete haciendo a la idea de "recibir" y de aguantar. No te confieses con nadie en tu celda si no le conoces. ¡Puede ser un confidente! EL INTERROGATORIO 0bjetivos de la policía Hacerte confesar tu pertenencia a una organización política u otra. Conseguir que des nombres e identifiques a otros compañeros. Objetivos del interrogado Negarlo completamente. Estar dispuesto a todo antes de vender a un compañero. Medios de la policía Engañarte. "Lo sabemos todo". "Los demás ya lo han reconocido". "Tenemos a fulanito que nos lo ha dicho todo". Hasta pueden enseñarte una declaración. Falsa o cierta. Atan detalles que conocen. "Tal día o tal hora, con fulano". "Vestido de tal manera". Los detalles los atan bien con su experiencia e imaginación. A veces aciertan, otras hacen el ridículo. Defensa del interrogado No creas nada. Niega. Hazte rápidamente una idea de lo que realmente saben. Déjales hablar. Eso no te importa. No lo creas. Niega hasta la evidencia. Son suposiciones. No saben nada o casi nada. Quieren llenarte de cargos y que firmes. Están probando. Niega incluso lo evidente. Tu letra no es tu letra. El de esta foto no eres tú, sino alguien que se te parece. Observan tus reacciones. Mantente impasible. -Trucos: Quieren inspirar confianza, como si fueran buenos chicos. Se interesan por ti, dicen que es para poco tiempo. Si eres católico, ellos también lo son, si luchas por la libertad dicen que les parece justo, si es por una acción obrera, ellos son hijos de obreros. Dirán que pronto podrás ver a tu familia. A mitad de esta "amable" conversación entrará uno y preguntará: Qué tal es este? La respuesta es que eres más bueno que el pan. Mentira. Quieren inspirar confianza, para que te ablandes, y vayas diciendo algo. Corta esta situación. Es preferible llegar cuanto antes a la manera "dura", Mentira. No iniciar uno la conversación. Que hablen ellos. Truco Tortura psicológica. Se trata de tener a la persona en constante tensión y excitación. Suelen tener sobre la mesa una regla o pistola. El tono es áspero y amenazador. Te insultarán y vejarán de palabra. Te harán preguntas de doble sentido. "Ellos, tienen ideas diferentes a las tuyas. Cómo es que colaboras con ellos?" Los muy sensibles o nerviosos son muy susceptibles a esta tortura moral. Si no se pueda guardar la calma, encerrarse en un mutismo absoluto. Pasarán a la tortura física, preferible en estos casos. Reflexiona mucho antes de responder. Afirman cosas tajantemente. "Estabas en tal reunión". Se solían hacer en tal sitio" Tienes la sensación de que los demás han cantado y que ya lo saben todo. Deshazte de esa impresión. Y aunque sea verdad, niega. Hacen preguntas a quemarropa, varios a la vez, sin dejarte casi responder, para desconcertarte, y mantener la tensión. Cambian de tono inopinadamente. O se va el "malo" y entra el "bueno", que te dice que tiene un hijo como tu, y bajando la voz, que estos "tios" son muy brutos, capaces de despedazarte. Que digas alguna cosilla y el procurará, que te dejen en paz. No intentes ni responder. Habla poco. Quien mucho habla se pone en disposición de decir todo lo que sabe. Es un truco de los más clásicos; no caigas en él. Mentira. Entonces es cuando empezarían a apretar. Interrogatorios cada 2 horas, para no dejarte dormir y hablarte de desigual dureza, para romperte los nervios. Aprovechalos para averiguar lo que saben. No reconozcas nada. Callate del todo si tu mente se enturbia. Te preguntan por tus amigos, por tus compañeros de trabajo, por los que tienes apuntados, en tu agenda. No digas nunca los nombres de la gente comprometida, aunque puedas justificar su amistad. Con nadie has hablado de política, ni de Comisiones, ni siquiera de temas laborales. -La tortura física. La violencia. La policía en comisaria, puede hacerlo todo, esa es la verdad. Si eres un manifestante, un asambleista, un octavillero, un hombre de base, la cosa no pasará de unos golpes, duros y repetidos, pero ya no eres un niño. Si eres un responsable de un partido poli' tico, la violencia puede llegar a tortura. Hablando abres ante tí un largo período de verguenza y cárcel. Hablando hundes tu vida. Si no hay estado de excepción, sólo tienen 72 horas de tiempo para hacerte hablar. Gánalas una a una. Un método muy empleado, en el que la violencia física se combina con la moral, para desmoralizar, de entrada, al detenido, es el conocido con el nombre de "la rueda". Te introducen en un despacho en el que hay seis, ocho, diez o más policías de la Brigada Social. Te dejan en el centro, y de repente empiezan a llover golpes, patadas;' se te pasan del uno al otro, a puñetazos, a empujones, al tiempo que te insultan y te increpan. Los primeros golpes duelen. Después ya no. No quieren marcarte. Si no hablas los fatigas, los cansas, los vences. Pretenden que pierdas la dignidad que te doblegues. Nunca has sido peor tratado, con tanta violencia, con tanto desprecio verbal. La violencia se convierte en tortura cuando es sistemáticamente empleada, cientificamente. No la han empleado aún con militantes de Comisiones Obreras. El tiempo más angustioso y peligroso es el que pasas solo en tu celda, entre paliza y posible paliza. Es entonces cuando tienes que fortalecerte. Mantente identificado por los motivos por los cuales has sido detenido. Piensa en 1a importancia de lo que está en juego, que muchos han pasado por esos trances y han salido airosos, que está en tus manos que el movimiento obrero sufra un retraso o salga fortalecido, que cientos de trabajadores están pendientes de ti y de tu actitud. El careo. Si otro ha hablado y ha confesado, te lo pondrán delante. Repetirá lo que ha dicho y no se atreverá ni a mirarte. Si tu te mantienes firme empezará a avergonzarse, hará sus afirmaciones con menos fuerza, dudará y hasta es posible que se retracte. Vigilan mucho si os saludáis, o si al veros de repente se os escapa algún gesto que os traicione. A veces os dejan solos en el despacho, como por descuido. NIEGA LO QUE DICE. Es un hijo de puta que te está liando. No es cierto lo que dice ni le conoces. Os están observando y escuchando. Ni gestos ni palabras entre vosotros. Las detenidas no suelen ser tratadas con gran violencia física, pero en cambio la técnica de desmoralización que usa la policía se extrema en su caso. Se burla de su físico, le amenaza con hacerle esto y aquello. Te encuentras entre hombres hostiles que pueden martirizar tus oidos con bajezas muy humillantes. En general, su condición fascista del papel de la mujer, les hace creer que eres más bien la "amiga" de tal o cual, que puedes saber algo pero que no eres muy peligrosa. Tu defensa es hacerte la tonta, la engañada, la despistada, pero sin soltar ningún dato de interés. LA DECLARACIÓN Cuando hayan considerado que han terminado contigo, te hacen firmar tu declaración. Léela atentamente antes de firmarla. Si no estás de acuerdo con algo de lo que pone, no la firmes mientras no hayan rectificado. Ves CON cuidado con los términos y las frases ambiguas, pues tratarán de liarte al máximo. 3º EN EL PALACIO DE JUSTICIA De la Jefatura de Policía se pasa al Palacio de Justicia. Si tu familia o tus amigos se han preocupado, te espera allí un abogado. Infórmale con toda sinceridad de tus declaraciones ante la policía, sin omitir nada, y sigue sus instrucciones. Por si, por cualquier circunstancia no estuviera allí ningún abogado, ten en cuenta lo siguiente: - El trato en el Juzgado es totalmente correcto. Estás relajado. No hay nada que temer, ni violencias ni coacciones. Prestarás declaración ante el Juez o ante un oficial que te preguntará si te ratificas en tu declaración ante la policía. - Aprovecha este trámite para "arreglar" tu declaración ante la policía, aunque te haya parecido perfecta. Vuelve a leerla con más calma. Niega lo que hayas podido reconocer, si es materia delictiva. Pero ten en cuenta lo siguiente: Un hecho aislado se puede negar rotundamente, afirmando que se ha firmado bajo coacción. Dos hechos también. Tres quizás. Pero una historia coherente y bien construida, que coincida además con la de los otros, es pueril negarla toda, alegando coaccion. En este impensado y desgraciado caso, es mejor "difuminar" los hechos, variarlos hacia su vertiente no delictiva. - Si los golpes han dejado marcas sobre tí, tienes derecho a pedir que un médico forense te reconozca, y deje constancia escrita de las señales halladas. Se resistirán a hacerlo, pero insiste, y niégate incluso a ratificarte en tu declaración y firmar mientras no hayas sido reconocido. Te será luego muy útil en el juicio. 4º LA CÁRCEL. El período. Se llama así a un espacio de 5 a 10 días en el que el aislamiento del preso que llega a la cárcel es casi total. No se mueve de la celda en casi todo el día, si no es para los actos colectivos de higiene, etc. Pero en tu celda puede haber dos o más compañeros que hayan sido detenidos contigo. Aprovecha este tiempo para ligar las declaraciones, para comunicar con el exterior, por los medios a tu alcance, para darte cuenta de la situación general y sobre todo para darte cuenta de qué personas no detenidas han resultado o pueden resultar comprometidas por las declaraciones de todos. Hay que avisarlas cuanto antes, si no lo has hecho ya en el Palacio de Justicia. Son muchas las horas muertas. No te obsesiones pensando en tu familia o en tus fallos. Lee y estudia. Conversa con los demás y huye de los temas aflictivos. Acredítate como buen compañero. En la cárcel sigue la lucha, pues te preparas tú y puedes preparar a otros para que sean más eficaces a la salida. El patio. Concluido el periodo, la mayor parte del tiempo se pasa en el patio. Los contactos se amplían. Ten en cuanta que la prisión tiende a agudizar los defectos de las personas, los rasgos psicológicos peores. No te permitas la menor mezquindad egoísta. Vive pendiente de la acción de los demás. Conságrate a elevar tu moral. Prepárate, física e intelectualmente para continuar la lucha activa, desde que estés en libertad. 5º. LA LIBERTAD Si en el Palacio de Justicia, el Juez no ha encontrado elementos para decretar tu prisión, te pondrán en libertad. En ese caso ten en cuenta que: - La policía, que no ha podido inculparte de nada o casi nada, no se da por vencida. Sigue sospechando de tí. Es seguro que durante unos días estarás vigilado. Controlarán a qué hora llegas por la noche, a qué horas sales los sábados por la tarde y los domingos por la mañana. Controlarán sobre todo la gente que ya a visitarte. Tu teléfono y tu correo pueden estar también controlados. - Extrema, pues, aun más, durante quince días, las medidas de prudencia. Que no te venga a visitar nadie que no sea amigo de toda la vida. Vigila sobre todo que no te sigan. No transportes papeles comprometedores. No lleves una vida, aparente, de conspirador. Lo dicho sirve igualmente para cuando salgas de la cárcel, en caso de que hayas pasado a ella, aunque entonces, habiendo sido probada tu "culpabilidad" la policía ya no sospecha; quiere solamente saber quiénes son los que van a visitarte, porque si has caído como militante de comisiones obreras, su obsesión es la de ligarte con algún partido político. Si ven alguien conocido por ellos del partido Z, ya te han clasificado. A tu salida, sigue luchando, pero vigila más que nunca.