INFORME SOBRE EL METAL Desde agosto 1966 hasta el comienzo de la represión. Desde que C.O. volvieron a estructurarse el año pasado, el metal fue la tarea que mejor se organizó, creciendo rápidamente el número de empresas en las que se formaba comisión y se integraban en C.O. Se organizaron asambleas semanalmente, a las que acudían más de cien meta-lúrgicos, pudiendo intervenir todo el mundo en los debates. Las asambleas generales de todas las ramas, a las que a veces te invitaba a los estu-diantes, mujeres, intelectuales, etc. también eran organizadas y presidi-das por el metal. Preparaba estas asambleas y llevaba a cabo el trabajo material de organi-zación una coordinadora, que sólo tenía poder ejecutivo y estaba someti-da a la asamblea general, que había elegido a sus componentes. De la coor-dinadora debían salir los representantes del metal en la comisión cen-tral (hoy local). AL Cabo de un tiempo, la experiencia demostró que para avanzar en el trabajo sería necesario que el poder soberano de la asamblea fuera trasladado a una comisión de representantes de empresa. Así nació este órgano, que en adelante decidiría sobre todas las cuestiones impor-tantes que surgiesen. Fué un período de euforia y expansión rápida, ya que se aprovecharon las condiciones excepcionales de tranquilidad policíaca, a causa de las elec-ciones sindicales y del referéndum. La represión. Pero la tranquilidad no duró mucho. Por una parte, la farsa de liberaliza- ción de la CNS no surtió, internacionalmente, el efecto que se esperaba. Por otra parte, el resultado del Referéndum proporcionó un arma que el Gobierno no tardó en esgrimir. Pero la razón principal de la represión contra C.O. fue el extrardinario auge que el movimiento iba tomando. La represión empezó en Sabadell, donde debido a las condiciones conjun-tas de concentración industrial y de vivienda, las asambleas obreras i- ban tomando caracteres cada vez más alarmantes para la patronal. La po-licía intervino por primera vez el 26 de diciembre, para impedir la ce- lebración de una asamblea, practicando numerosas detenciones, entre ellas las de cinco miembros de Barcelona, que habían ido en calidad de oradores. Según parecr - a juzgar por la conversación que sostuvo el Abad de Montse-rrat con el Gobernador- la policía creyó que podría acabar rápidamente con C.O. Al darse cuenta de que no era así, la represión se fue haciendo más brutal. Se tuvieron que suprimir las Asambleas generales y la reu-nión de representanted menguó, al hacer mella al miedo sobre los elementos más indecisos. Aprovechando la confusión causada por las detenciones, el obligado cambio de locales, etc. los originalmente elegidos para la local fueron substi-tuídos arbitrariamente. En una de estas locales fantasmas se creó una "secretaría" compuesta por un sólo representante de cada rama, elegido en la local. Esta secretaría, con atribuciones poco claras, asegura el control de C.O. por un solo grupo mayoritario. En las empresaw la represión puso de manifiesto la debilidad de la base de C.O., ocultada hasta ahora por la cortina de humo de las asambleas, reu- niones, etc. Desde que empezó la represión el 26 de diciembre, no ha ha-bido en Barcelona una respuesta obrera masiva. La manifestación del 17 de febrero resultó un fracaso y fue reprimida con extrema dureza, practi-cándose numerosas detenciones. Las grandes empresas no marchaban al unísono. Mientras un grupo de hombres decididos, bien secundados en la base, lograban mantener en la Hispano-O-livetti un clima pre-revolucionario muy avanzado, la MTM contaba con una oomisión representativa pero incipiente, y Seat y Pegaso estaban todavía en el período de creación de las suyas respectivas. Macosa estaba repre-sentada por uno o dos trabajadores que no lograban formar una comisión, y la Ford no apareció nunca por C.O. En estas condiciones, no es de extrañar que la represión contra la H-0 llegara con la rapidez y brutalidad que se sabe. Perspectivas Las enseñanzas del periodo que acabamos de vivir, de cara al futuro. podrían resumise como sigue: - es preciso trabajar la base, para crear comisiones donde no existan y fortalecer las que ya existen. Es decir, preponderancia del esfuerzo co-tidiano de militancia, sobre lo espectacular. - que las grandes fábricas en las q ue existen comisiones coordinen sus esfuerzos - para llegar a aquellos sectores, los más numerosos, en los que la con-ciencia da clase y el nivel de lucha existen solo en potencia, hay que hacr salir como sea, un boletín de C.O. - hay que reforzar la organización de C.O. pero velando por la represen-tatividad de los cargos - es necesario aumentar las medidas de seguridad. Hay que aceptar una semi-clandestinidad, necesaria para poder seguir actuando con un mínimo de continuidad - pero lo más imprescindible es la elaboración de una estrategia de C.O. aplicándola con una táctica que surja del análisis de la situación real. La política de prestigio personal y de partido que algunos seudo-líderes quieren aplicar en C.O. supone una traición a la clase, y en todo caso no responde a una visión realista del momento actual que vivimos, y no da la menor perspectiva. La carencia de auténticos dirigentes y el fal-so lanteamiento en la organizacióln han sido la causa de que las C.O. de Barcelona sigan sin programa bien establecido, sin objetivos interme-dios bien delimitados. Barcelona funcionaba con e1 material que le pro-porcionaba Madrid, sin haber participado en la elaboración del programa. ni en la declaración de C.O. etc. La crisis actual. Esta carencia de planificación y la deficiencia organizativa se pusieron rápidamente de manifiesto cuando la acción tuvo que frenarse, a consecuencia de la represión. En ese momento surgió el enfrentmiento entre las comisiones de las grandes empresas, conscientes del enorne trabajo de militancia que se debería realizar todavía, y un grupo de la coordinadora, sin ningún trabajo específico que realizar en sus peque-ños tallares. Eatos últimos intentaron imponer a los primeros una polí- tica basada en la actividad exterior a ultranza, mientras que los primaros daban primacía al trabajo en el interior de las empresas, y abogaban por la reducción de la actividad exterior, sometiéndola a unas condiciones de eficacia, preparación y seguridad que no se tenían casi en cuenta. El enfrentamiento "por o contra las asambleas generales" ocultaba además otro problemas de fondo: el grupo mayorítario de la coordinadora era mi -noritario en la asamblea de representantes, por eso querían susbtituir-las por asambleas generales, donde no cabía el trabajo de organización. Por otra parte, la crisis interna del P.C. repercutió en la coordinadora. La "mayoría" - P.C. - quiso expulsar, basándose en calumnias graves no pro -badas, a dos miembros anti-carrillistas. Ese acto precipitó la escisión y lacrisis actual aún no resuelta del metal, pendiente de resolución en una próxima asamblea de representantes, aplicada a las demas ramas, con -vocada por la minoría. Es un hecho que por el momento C.O. está dominada por el P.C. Nosotros, en tanto que obreros, hemos de velar por la independencia po -lítica de un movimiento sindícal. Y en tanto quje militantes del FOC, cuya linea política no coincide con la del P.C. no podemos consentir que este partido intente aplicar un programa político erróneo , sirviéndose de una plataforma sindical abierta a todos. Por eso, y porque C.O. es el movimiento obrero en marcha, es por lo que el FOC debe fomentar que a sus militantes intervengan activamente en Comi -siones, p rocurando situarse en los puestos de mayor responsabilidad , a -glutinando a su alrededor todos aquellos "sindioalistas puros" y elemen-tos sueltos qne existen en C.O. Ello permitiría desarrollar nuestro pro -grama, como tendencia dentro de C.0., así como organizar un frente único , capaz de impulsar la lucha obrera y de oponerse a cuantas maniobras par -tidistas intenten frenarla. Yo creo que para ello sería necesario coordinar los esfuerzos de cuantos militantes del FOC actúan en C.O. reuniéndolos peridicamente en Confe -rencias Sindícales, para organizar su accion y darles una base teórica adecuada. JUNIO 1967